Esta crítica de Esta Mierda me Supera fue escrita luego de ver la temporada completa de la serie y no contiene spóilers.
“De los productores de Stranger Things y del director de The End of the F***ing World”, así nos vendió Netflix esta nueva propuesta teen basada en la novela gráfica de Charles Forsman, que ya te habíamos anticipado. Y es que después del éxito y de las buenas críticas de la adaptación de The End of the F***ing world era inevitable que la N roja no tomará otra de las historias de Forsman para sumarlas a su catálogo.
I Am Not Okay with This, o Esta Mierda me Supera, como fue traducida al español (nombre malísimo, por cierto) sigue la historia de Syd Novak, interpretada por la genial Sophia Lillis, una aburrida niña blanca de diecisiete años que vive en Pensilvania y que aún no ha superado el suicidio de su padre. Syd pasa sus días con su amiga Dina (Sofia Bryant) y con su excéntrico vecino Stanley (Wyatt Oleff). Va a la escuela y cuida a su hermano más pequeño mientras su madre viuda trabaja sesenta horas por semana para mantener la familia. Una historia convencional hasta ahí, hasta que descubrimos, junto a Syd, que tiene poderes telequineticos que no puede controlar.
Esta Mierda me Supera es un retrato sobre la adolescencia. Syd no solo está atravesando cambios físicos y hormonales, sino que está descubriendo su identidad sexual. Todo en medio del duelo por la muerte de su padre y la falta de una respuesta a esa pegunta clave. ¿Por qué se mató?
La relación con su madre es de lo más tensa y eso suma a la inestabilidad de Syd que termina haciendo estallar todo por los aires cuando siente que su vida la abruma por completo. De cierto modo, los poderes telequinéticos funcionan como una metáfora a esos momentos de la vida donde perdemos el control de las cosas y no le encontramos solución a nuestros problemas.
Esto me resulta conocido
Si hiciéramos un coctel con la vestimenta y la nostalgia ochentosa de Sex Education, la fotografía y los planos de The End of the F***ing world y lo fantástico de Stranger Things, el resultado sería Esta Mierda Me Supera.
Además, hay que sumarle un “homenaje” a Carrie de Stephen King que invade todo el relato y cierta reminiscencia a El Club de los Cinco. Ese es el mayor problema de I Am Not Okay with This, carece totalmente de personalidad, desde cualquier ángulo que se le mire.
Durante los siete capítulos, que duran veinte minutos, el director y los guionistas no logran entregar un show novedoso, ni esquivar los más obvios clichés. Esto no quiere decir que la serie no sea entretenida, el show corre con la ventaja de la corta duración de los capítulos que hacen que el relato sea llevadero.
Pero sin dudas, su principal valor es Sophia Lillis, que una vez más vuelve a demostrar que es una de las grandes actrices de su camada. Lillis, a quien vimos en la adaptación cinematográfica de IT y en la miniserie de HBO Sharp Objects, despliega su talento y su simpatía a lo largo de los capítulos.
Es capaz de transmitir toda la angustia de Syd, que no sólo está transitando la maldita adolescencia, sino que está descubriendo que es muy distinta al resto y que no puede controlar su cuerpo. La química que tiene con Stanley es encantadora, pero no sucede lo mismo con Dina, cuya relación no está bien trabajada desde el guion y su historia de amistad/amor está un poco forzada.
La dirección de Jonathan Entwistle es correcta, pero el relato recién explota en su último capítulo y el camino hasta ese final season se podría haber trabajado de una forma un poco más original. La fotografía está a cargo de Justin Brown, quien también trabajó en la de The End of the F***ing world, y se nota mucho. Ambas historias tranquilamente podrían suceder en el mismo mundo, Syd podría cruzarse con Alyssa y James y todo cerraría perfectamente.
¿Cumple lo que promete?
Esta Mierda Me Supera es entretenida y maratoneable. Su principal problema es la cantidad de referencias a series o películas similares que hacen que el show no sea demasiado novedoso. Si esto se hubiera trabajado de otra manera estaríamos hablando de un producto distinto.
Sophia Lillis es el principal motivo para seguir viendo la serie en una posible segunda temporada porque sin dudas se roba cada escena. De menos a más, los primeros capítulos funcionan como un preludio a ese último capítulo muy bien logrado y que deja un final abierto a futuras entregas.
Si te gustó The End of the F***ing world, no dejes de verla porque esta nueva serie es una prima hermana de esa. Y aunque no tenga la profundidad y la memorabilidad de la inglesa, se deja ver y cumple con su cometido.