El escuchar “Danger, Will Robinson” se convierte en un momento especial.
Lost In Space en su versión 2018 ,cambia bastante a lo que fue la serie original de los años 60. Por lo que si esperaban algo parecido sepan que no es así. Lo que nos entrega esta producción de Netflix es una aventura de supervivencia, unión familiar y muchos momentos entretenidos.
A decir verdad tenía tiempo de no entretenerme tanto con una serie simple pero efectiva. La historia gira en Los Robinson, familia que como varias buscan escapar de la Tierra para ir a Alpha Centauri; luego que este planeta haya llegado a una etapa de deterioro. Es así que abordo de su nave Jupiter 2 van camino hacia un mejor futuro.
Pero como los accidentes son algo que siempre persigue a los humanos; de repente salen de rumbo y caen en un planeta desconocido. Y este mundo no está diseñado para albergarlos, por lo que los peligros están a la orden del día.
Para lograr sobrevivir tendrán que entonces funcionar como una familia sólida. Hay que decir que la cohesión entre ellos es muy buena. Judy, Penny y Will son los menores; cada uno con sus características que aunque se acercan no rayan en el cliché.
Judy es la mayor y la más independiente, cuyos conocimientos en medicina la hacen valerse por sí misma. Penny es la más rebelde pero también astuta, la cual aunque no lo admita quiere mucho a su familia. Finalmente tenemos a Will, ese pequeño que hace la química con el Robot; a quien lo trata como su mejor amigo con todo lo que eso conlleva.
Por ahí tenemos por supuesto a los padres; por un lado a Maureen que es la muy inteligente madre protectora, siempre lista para asumir retos. El padre es John, un ex marino que dejó hace unos años a su familia pero que carga con esa culpa. Es ahora entonces que ante la emergencia los vínculos se irán fortaleciendo mientras superan obstáculos.
¿Y dónde está el Dr. Smith? En esta versión cambia a una mujer, cuyas intenciones no son muy claras al inicio (ni mucho al final); pero que se sabe que busca siempre su propio beneficio. “No soy la villana de la historia, soy la héroe”, menciona en uno de los episodios finales, aún después de causar un gran daño.
De esta forma entonces nos topamos con 10 capítulos en que cada uno cuenta una aventura distinta. Ya sea buscando combustible, rescatando a Judy de morir congelada, escondiendo al Robot, encendiendo un faro gigante; entre muchas otras más que cuentan con una muy buena dirección. La acción y el suspenso de aventura se mantiene potente en toda la duración de la temporada.
Don West es uno de los personajes que intenta meter un poco de comedia, alcanzándolo en algunos momentos. Pero lo interesante es que aún él no queda plasmado de forma tan unidimensional, lo cual se aprecia.
Y del Robot hay que decir que aunque cambia mucho a su forma original, su presencia es importante. Un objeto sin rostro (con excepción de unas luces) emite en momentos una empatía única; eso gracias a esa unión especial que tiene con Will, niño que se esmera mucho en su papel. El escuchar “Danger, Will Robinson” se convierte así en un momento especial.
Las buenas actuaciones sobre todo de los menores hacen de esta serie una que vale la pena ver. En el apartado visual, técnico y de producción no hay cómo quejarse; las tomas son limpias y los efectos no tienen nada que envidiar a trabajos de grandes estudios.
No estamos ante la presencia de algo que cambiará el rumbo del entretenimiento actual. Lejos de eso, pero si necesitan algo con que pasarla bien sin tener que analizar demasiado, Lost In Space definitivamente que es un gran recurso.