La chispa que motivará el cambio vendrá del temple, determinación y valentía de June.
Una de las series más ganadoras de 2017 y que se llenó de galardones regresa con su 2da temporada. Nos referimos a The Handmaid’s Tale, cuyo retorno se hizo en partida doble y que nos engancha de nuevo a la crueldad de Gilead.
El final de su primer temporada nos dejó en el limbo para conocer cuál sería el futuro de Offred (June); esto luego de que la montaran en una camioneta hacia rumbo desconocido. Parecía reconfortante que Nick le dijera en el oído a June que confiara en él y que siguiera la corriente… Pero lo que pasaría a continuación sería realmente aterrador.
En el estadio Fenway Park de Boston vemos que están todas las mujeres que rehusaron apedrear a muerte a Janine. Y el castigo que tienen en frente es espantoso. En alrededor de 10 minutos sin diálogo nos muestran unas escenas escalofriantes de estas mujeres sintiendo el frío de la muerte recorrer sus cuerpos.
A cada una de ellas les pusieron unos cubre-bocas de cuero; por lo que es a través de sus miradas de desesperación, suplica, terror y resignación que se aprecia el verdadero pavor interno al saber que están en la horca. Los verdugos se encargaron de ponerles la soga al cuello y está todo listo para que den la orden de ejecución.
Y así de pronto suena la palanca que accionaría la inminente muerte… Pero no, todo fue un bluff por parte de Tía Lydia, un susto para recordarles con su retórica religiosa la importancia de la obediencia. Aunque claro, ahí no terminaría el castigo por ello.
«Padre Nuestro que Estás en el Cielo… ¿qué m$&da pasa?», reza June al ver hacia el cielo.
Luego vemos a estas mujeres bajo la lluvia sosteniendo una piedra en sus manos y con el brazo extendido. De rodillas, humilladas y cansadas; todo eso mientras Tía Lydia tiene uno de estos artefactos que dan shock eléctricos, quien no duda en usarlo para meter más presión.
Al poco tiempo le informan que June está embarazada y el semblante le cambia un poco. Al final, la principal razón de todo este sistema patriarcal -también apoyado por mujeres- es el de engendrar vida. Desde ahí June recibe un «trato especial», pero que no la limita a seguir siendo una esclava cuya única tarea es dar luz a una nueva persona.
A June le muestran el precio de rebelarse y de no querer comer, al ir a un cuarto donde una mujer encadenada es obligada a tener un hijo a la fuerza. Además, cuando todas las mujeres llegan al comedor donde June está comiendo; agarran a una de las handmaid’s y le queman la mano en una de las estufas, generando llanto en todas ellas.
Es así que tras ser «alimentada» envían a June a una sala para un ultrasonido, en donde cuenta con la presencia de Serena y el Comandante Fred. Serena le amenaza de que no intente nada, para luego darle la bendición por el «fruto» en su vientre. Increíble la hipocresía y osadía de esta mujer.
Al final el episodio da un ápice de esperanza para June, ya que un desconcido le deja una llave oculta; con la cual logra escapar a través de un camión hacia un lugar más seguro. Ahí eventualmente llegaría Nick, quien le pide paciencia, además de que se cambie de ropa y corte el cabello.
En una escena que también nos da escalofríos; vemos a June quemar su vestido rojo, cortarse la cabellera y con la misma tijera cortarse parte de su oreja. La idea es quitarse el GPS incrustado… El rojo ahora es de su propia sangre que recorre su cuello y buena parte de su cuerpo. A pesar del dolor ahora sí ella es finalmente «libre».
Este episodio marcó el tono oscuro y de sufrimiento que ya nos había acostumbrado The Handmaid’s Tale. Se percibe que aunque tendremos que ver más dolor la esperanza por justicia no se acaba todavía. Y la chispa que motivará el cambio vendrá del temple, determinación y valentía de June.
The Handmaid’s Tale se transmite a través de la plataforma Hulu los días miércoles por la noche.