Platicamos con la directora Domee Shi y la productora Lindsey Collins sobre el significado detrás del final de Turning Red
Turning Red es una de las producciones más diferentes y raras que ha hecho Pixar en los últimos años. Cada vez deja más atrás las preguntas existencialistas sobre la amistad, la tristeza, o el yo para mostrarnos experiencias específicas centradas en un tiempo y lugar delimitado, como la de Mei-Mei (Rosalie Chiang), la protagonista de 13 años que se convierte en panda cada que sus emociones se vuelven muy complicadas.
La cinta es una celebración de lo que es ser una niña y tener la oportunidad de crecer rodeada de un grupo de amigos que, aunque no son del agrado de su madre, Ming (Sandra Oh), resultan cruciales para que ella pueda seguir creciendo y convertirse en la mujer que ella quiere ser. La película es muy conmovedora y se siente muy real, principalmente por la forma en la que representa la tensa relación entre una madre y su hija.
Una Ruptura Necesaria
Y en entrevista para Fuera de Foco, la directora Domee Shi nos contó que buscó eso porque la inspiración de la cinta nació de sus propias experiencias:
“Mi inspiración nació de mi propia vida y lo que viví cuando tenía 13 años. Intentando entender cómo pasé de ser súper cercana con mi mamá, de ser su pequeña niña perfecta, a pelear con ella todos los días y ser un desastre hormonal. En ese entonces la veía totalmente como una villana”
Las palabras de Domee Shi se sienten como algo que pasan miles de mujeres y niñas a lo largo de su vida, pero Turning Red ha sido de las pocas películas que se han adentrado a explorar esta relación más allá de simplemente mostrar las peleas y el antagonismo entre ambas. ya que detrás de eso hay toda una historia de amor, cariño y protección. Pero Domee Shi estaba muy consciente de ello y explotó esa dinámica para crear una historia:
“Madres e hijas son súper cercanas, y aún así pelean muchísimo. Ese contraste, esa cualidad contradictoria de esa relación, hace una historia muy entretenida e interesante”
Al final, Turning Red habla mucho sobre la necesidad de separarnos de nuestros padres para encontrar una nueva identidad, aunque eso signifique lidiar con emociones y situaciones difíciles o incómodas. Pero para la productora Lindsey Collins eso es parte de lo que hace tan especial a la película:
“Es un gran recordatorio de que esta tensión, el estira y afloja, la pequeña ruptura, es muy importante. Tiene que pasar, porque si no, ¡nunca van a saber quiénes son! Y como padres es doloroso, porque uno no quiere que descubran quiénes son de esa forma, yo quiero que se queden como estaban”.
El significado de ser Panda
Turning Red va todavía más allá al presentarnos a todas las mujeres de la familia de Mei Mei, ya que nos muestra que no sólo busca que sea un recordatorio para los padres y que acepten que alguna vez pasaron por eso también, era importante mostrar que esas tensiones evolucionan y cambian:
“También amo que haya un tema intergeneracional. Tener a la abuela ahí es una gran forma de mostrar que la relación, o el trauma de esa relación, pasa de generación en generación. Pero evoluciona también”.
Al final, la película justamente trata sobre cómo debe evolucionar la relación de una madre con su hija para poder entenderse como individuos, y que se puedan explorar otras facetas con seguridad. Pero Mei Mei viene de una larga tradición China, la cual de hecho se presenta como uno de los templos más longevos de la ciudad de Toronto. Las tradiciones alrededor del panda rojo son parte importante de su identidad también, y no se trata de romper con ellas, sino de resignificarlas y cambiarlas.
Lindsey Collins y Domee Shi nos contaron que encontrar ese balance fue difícil para ellas, ya que las hacía repensar constantemente qué significaba la figura del panda en la película o cómo funcionaba desde una perspectiva narrativa. ¿Debían todas quedarse con sus pandas? ¿Sólo Mei-Mei? ¿Qué pasaría entonces con sus tías y con sus abuelas?
Domee Shi nos confesó que se dieron cuenta “un poco tarde” de cómo debía terminar la película: Mei Mei debía ser la primera en decidir qué hacer con su panda. Esto con la finalidad justamente de poder explorar las tradiciones de su familia sin juzgarlas, y al mismo tiempo hablar sobre la importancia de los cambios y de ser un ente independiente a su familia:
“Así, no juzgamos a su mamá o su abuela por lo que decidieron, porque ellas crecieron en otra época, donde para sobrevivir tuvieron que deshacerse de esa parte de ellas. Pero Mei, como tiene a sus amigos, como crece en un ambiente con más apoyo, ella puede evolucionar y ser la primera en quedarse con su panda, eso es genial. “
Y de esta manera, lograron hacer que Turning Red fuera una película que explorara cómo es crecer en un ambiente lleno de amor, pero también lleno de expectativas, de prejuicios y de tradiciones que no pueden mantenerse iguales por siempre.