Pacific Rim: Uprising

Absurdo y espectacular desfile de robots y monstruos gigantes que nunca aburre.

Se extrañó a del Toro en ésta cinta…

La secuela del filme de Guillermo del Toro da todo lo que promete: mechas vs kaijus dándose golpes, efectos especiales que lucen perfectos, un par de bromas por ahí y una ciudad cayendo en pedazos; ya dependerá de cada uno si gusta o no. Suena a más de lo mismo, pero afortunadamente no se convierte en una Transformers’ más… aún.

La historia

Diez años han pasado desde que Stacker Pentecost (Idris Elba), Raleigh Becket (Charlie Hunnam) y Mako Mori (Rinko Kikuchi) “cancelaron el apocalipsis”; cerrando el agujero en el Océano Pacífico por el que los kaijus usaban un portal interdimensional donde cruzaban a nuestro mundo para destruirlo todo.

La segunda parte nos traslada al estilo de vida de Jake Pentecost (John Boyega), hijo de Stacker; quien solo pasa en fiestas y para sobrevivir contrabandea partes de Jaegers.

En uno de sus “trabajos” conoce a Amara Namani (Cailee Spaeny); una adolescente huérfana que, como él, perdió a su familia durante la guerra y que también roba tecnología. Esto con el fin de terminar el Jaeger que ella sola está construyendo; uno muy simpático llamado Scrapper que no necesita de un segundo piloto. Al final ambos terminan en la cárcel y se les ofrece un lugar en la Pan Pacific Defense Corps (PPDC): a él como entrenador y a ella como cadete.

Este Cuerpo de Defensa, con su base con robots gigantes, es la defensa de la Tierra en caso que los kaijus quieran regresar. Para Amara es como un sueño cumplido, para Jake no tanto. El apellido le queda grande y él está cansado de que lo comparen con su padre; aparte que está algo oxidado en el manejo de estos robots, y para colmo debe volver a verse cara a cara con Nate Lambert (Scott Eastwood); su ex compañero y ahora supervisor.

¿Pierde su esencia?

En esta película damos con un cambio de enfoque. Mientras ‘Pacific Rim’ luce más dramática y con un buen uso de atmósferas para darle ese toque diferente, muy de Del Toro; esta segunda parte se nota más vulgar y ligera.

Steven S. DeKnight no se guarda nada y saca toda la parafernalia -muy de Hollywood- en su debut como director. No opta por un tono ceremonioso -como si del fin del mundo se tratara-; sino por uno más divertido con batallas a plena luz del día, como para hipnotizarnos con lo genial que lucen los robots.

Si bien el filme nunca aburre, tiene su principal virtud en que sabe usar todo lo que tiene a la mano sin recurrir en excesos. Está consciente de su naturaleza absurda, pero no cae en chistes mal ubicados ni dos horas de acción sin parar; y eso es de agradecer, porque caso contrario estaríamos ante una película más del montón.

Su guión no es nada memorable. Algunas partes de la trama pasan raspando, pero se vuelve llevadero gracias a su ágil montaje; tampoco es que sea un desastre. Hay muchos giros de guión, unos un tanto predecibles y otros no. El elenco está correcto y como conjunto tienen buena química; lo magnético que resulta John Boyega es innegable, Scott Eastwood no pasa desapercibido aunque no tenga una gota de carisma y Cailee Spaeny es la gran revelación del filme.

Conclusión

La película cumple con su objetivo de entretener. Está llena de diversidad sin que llegue a cansar, le cuesta adquirir algo de humanidad, y afortunadamente su parte moderna y tecnológica está alejada del estilo cyberpunk que está muy de moda. Otro punto a favor son los efectos especiales que son de la mejor factura, una calidad tan buena que no hace de ‘Pacific Rim’ un festín de elementos metálicos de medio pelo y que hasta invitan a soñar en cómo podría verse una buena adaptación de Macross’ (Robotech para algunos) al live action.

‘Pacific Rim: Uprising’ pierde su toque más heroico y serio para volverse un tanto más adolescente y ligero; con acción de la buena. Pudo ser mejor, pero cumple con lo que promete. Es una película con alma de blockbuster que se disfruta de principio a fin.