Ron Da Error ya estrenó en cines y es una película importante para este mundo obsesionado con la tecnología. ¡Y al respecto platicamos con sus directores!
Ron Da Error (Ron Gone Wrong) es la primera película animada de Locksmith Animation. El primer largometraje que 20th Century Studios distribuyó desde que decidió cerrar Blue Sky Studios, y la primera cinta animada que de verdad se preocupa por explorar nuestra relación con la tecnología y el impacto que tiene a niveles físicos, mentales y emocionales, especialmente en niños pequeños.
Esta película también representa la primera vez que Jean-Philippe Vine y Octavio E. González dirigen una película. Y en Fuera de Foco tuvimos la suerte de conversar con ellos sobre por qué Ron Da Error es una obra tan única.
La Tecnología vs La Infancia
La película sigue la historia de Barney Pudowski (Jack Dylan Grazer), un niño proveniente de una familia búlgara (Olivia Colman hace un papel increíble como su abuela) que tiene hobbies raros y no se adapta bien en la escuela. Principalmente porque él es el único que no tiene un B-Bot, un robot con Inteligencia Artificial diseñado para ser el compañero perfecto: además de ser teléfono, televisor, radio y video cámara, sabe leer a la perfección las características biométricas de su usuario para convertirse automáticamente en su mejor amigo.
La idea, según nos cuenta Vine, inició cuando comenzaron a platicar con los guionistas Peter Baynham y Sarah Smith sobre lo que significa ser padre e intentar criar a un bebé en medio de la vorágine tecnológica que vivimos actualmente. “Todo inició porque nosotros somos padres, y de verdad queríamos hablar sobre cómo son las relaciones y amistades filtradas a través de los ojos de las redes sociales y cómo te ves a ti mismo”.
Para lograr esto crearon un mundo obsesionado con los B-Bots, por lo que en un afán de hacer feliz a Barney su familia le compra una versión dañada a un hombre de dudosa procedencia. Está demás decir que el B-Bot de Barney está completamente defectuoso, pues un error en su sistema le hace capaz de aprender sobre su entorno, a cambiar y tener opiniones, dándole una personalidad burlona, sarcástica y ácida a ratos. Incluso es él quien escoge su propio nombre, Ron.
Mi Amigo Robot
El carisma de Zach Galifianakis le añade una personalidad especial y bastante cínica a Ron, que provoca que las bromas sean sumamente divertidas, rápidas y que seguramente provocarán una carcajada tanto en chicos como grandes. Sin embargo el verdadero triunfo de la película es la forma tan bonita en la que representa la amistad y nuestra complicada relación con la tecnología.
Tanto Ron como Barney aprenden a ser amigos, pero no es un caso donde veamos que un robot sin sentimientos adquiere una consciencia compleja, el objetivo de los directores era completamente diferente con el simpático robot.
De acuerdo con Octavio E. Gonzáles: “El componente de la Inteligencia Artificial en Ron es muy simple. No queríamos que se sintiera como un robot básico que pasa a ser alguien súper inteligente. Queríamos que la audiencia experimentara como es para él descubrir como es una amistad humana, sacando su propio modelo de eso.”
Y es que la película no se intimida al momento de presentar grandes temas. La inseguridad de Barney no sólo viene de tener una familia rara y poco dinero, también de la clara barrera que existe entre sus compañeros provocada por su presencia en internet. La cinta explora esto en diferentes medidas con los amigos de Barney: Savannah (la chica que le gusta y la más popular de la escuela), Rich Belcher (un semi-bully obsesionado porque sus bromas se hagan virales) y Ava (la exmejor amiga de Savannah).
En el patio de recreo, su personalidad y estrato social está definido por su actividad en internet y lo que logran hacer con sus b-bots. Y aunque la falta de conexión humana les hace miserables, su presencia online les impide entender y conocer qué es lo que les hace falta en realidad. Tal vez por eso el viaje de Barney y Ron se siente tan bonito, ya que pone en perspectiva cómo construimos nuestras relaciones y lo que esperamos de un amigo.
¿Para qué sirve la tecnología?
La capacidad para crecer y cambiar de Ron también nos hace poner en perspectiva realmente para qué usamos la tecnología y cómo nos impactan los algortimos. Mientras que en películas parecidas, como Los Mitchells vs Las Máquinas nos dicen que la tecnología es un lugar benévolo para conectar con gente y explorar nuevas habilidades, Ron Da Error nos dice que realmente los avances tecnológicos no sirven de nada si no nos ayudan a conectar con otras personas.
Aunque suena a que la película presenta críticas contundentes sobre el avance tecnológico, realmente los directores prefirieron oscilar en una delgada línea que simplemente nos muestra los beneficios y los riesgos de la tecnología, porque según lo que nos dijo Jean-Phillipe Vine: “No queríamos criticarla [a la tecnología] per sé, pero sí queríamos ver cómo nos está afectando, y ofrecer una visión más sana sobre cómo construir relaciones”.
La programación de su B-Bot no puede ayudar a Savannah a superar su depresión después de que un accidente suyo se vuelve viral. Tampoco le ayuda a Rich a tener más visitas en sus videos ni cura la soledad de Ava. Y por más que las malvadas corporaciones (porque claro que el malo es el CEO de una compañía que sólo busca el sucio dinero y persiguen a Barney para desactivar a Ron) intenten imponer estructuras rígidas que nos mantienen separados y con la necesidad de consumir más, realmente el amor siempre va a triunfar.
El Componente humano de Ron Da Error
¿Qué es la amistad y cómo se construye en tiempos de redes sociales? ¿Cuándo es suficiente tecnología? ¿Qué necesitamos para llevarnos bien con ella? Esas son las preguntas que Ron Da Error plantea, y propone respuestas que son conmovedoras y divertidas. Y a pesar de que toda su historia está centrada alrededor de un algoritmo la misma tiene mucho corazón. Y eso fue algo completamente a propósito, pues a los directores les interesaba mucho que sintiéramos una conexión emocional tanto con Ron como con Barney.
Y es que para Octavio E. González, quien se siente muy agradecido de por fin dedicarse a contar historias, le importaba buscar momentos íntimos: “Creo que lo que más aprendí trabajando en Ron Da Error es a buscar los pequeños descansos, esos pequeños detalles que le dan el corazón a la cinta. Como la escena en el bosque, o la conversación entre Ron y Barney. Pequeñas escenas donde aparentemente no ocurre nada, pero que construyen toda una personalidad”.
Si bien el final de Ron Da Error es satisfactorio y da un cierre perfecto a las aventuras de los protagonistas, ellos sí se encuentran pensando en nuevas ideas que podrían abarcar en una secuela. Y aunque no nos dijeron más detalles, aseguraron que buscarán lidiar con el tema de la obsolescencia y qué pasa con todos los aparatos que dejan de ser funcionales. Si nos preguntan a nosotros, ya pinta para ser otra gran película.