Cinderella nos hace cuestionarnos si era necesario volver a adaptar la historia de una de las princesas de Disney más populares.
Cinderella es uno de los filmes más populares de Disney, y a lo largo de los años ha sido el referente de muchas situaciones que hoy son cuestionadas por las mujeres del mundo, pues la historia expone un mundo dominado por el poder de la corona, donde las mayores virtudes de la mujer son su bondad, la capacidad de complacer a otras personas, y la belleza que le permite perseguir el sueño del matrimonio -el cual se utiliza como equivalente a una vida feliz-.
La lucha constante por la inclusión y la representación de historias más cercanas han permitido que el cine apueste por el reconocimiento de las minorías que cada vez se hace más presente, y así es como llega a Amazon Prime Video esta nueva adaptación de la Cenicienta, la cual muestra a una hada madrina no binaria o una Cenicienta latina (interpretada por la cubana-estadounidense) Camila Cabello.
Pero ¿esta nueva producción logra transformar el mensaje del clásico de Disney? ¿Brinda valor a las niñas y mujeres para luchar por sus sueños y cuestionar lo que está bien y mal en la sociedad?
¿Cómo empoderar a una princesa?
Antes del remake escrito y dirigido por Kay Cannon, conocimos la versión de Mark Rosman: realizador de La nueva cenicienta, filme protagonizado por Hilary Duff que ya nos daba una probada de como modernizar un cuento de hadas a través de la historia de una adolescente cuyo mayor anhelo es ir a la universidad de Princeton, esto mientras se enfrenta a la avaricia de su malvada madrastra.
Sin embargo la nueva cinta de Columbia Pictures decide regresar a lo clásico a través de una historia llena de fantasía, en la que su desarrollo termina quitándole peso al mensaje que publicita acerca del empoderamiento femenino, pues el mismo se queda a la mitad en todo momento.
Si bien Kay Cannon apuesta por una princesa más independiente, segura de sí misma y talentosa, la película se va fragmentando hasta perder el verdadero objetivo del mensaje que pretende enviar, pues cae en un punto donde no logra desarrollar un conflicto que mantenga al espectador/a atenta/o y que fortalezca la narrativa, por ende termina sosteniéndose sólo de los musicales, los cuales están bien ejecutados.
El personaje de Camila Cabello intentó redefinir los roles de género al querer convertirse en una mujer de negocios, pero el enfoque se pierde rápidamente porque la película intentó subrayar este diálogo con el de otros personajes como el de la hermana del príncipe, quien quiere ser la sucesora de la corona.
El verdadero mensaje de Cinderella
La creadora de este nuevo remake –Kay Cannon– tenía toda la intensión de que los personajes brillaran por sí mismos/as, pero el guion terminó limitando en extremo su verdadera esencia, pues el mismo no brinda oportunidades para explotar la personalidad de cada uno/a de ellos/as, aún con todos los elementos que puso a su favor como la música y sus intérpretes.
Cenicienta termina convirtiéndose en un musical sin fondo que nos regala momentos emotivos, pero nada más, porque no eleva el valor de la historia, sólo nos distrae de una secuencia poco clara donde cada personaje tiene un sueño que no alcanza un punto de reflexión.
Cinderella sí puede ser un referente para las futuras generaciones pues cumple con el género fantasioso de la película, además de que presenta un toque novedoso que puede resultar inspirador para el público infantil, pues exponer una realidad de la que todos formamos parte es un ingrediente valioso para contar un cuento de hadas.
Lamentablemente aunque el mensaje del largometraje persigue el ideal de la revolución femenina se queda a medias en el desarrollo, al grado de que cuando está a punto de alcanzar su sueño la película corta bruscamente, imitando el final feliz de una historia de hadas.
¿Qué opinan Cinéfilas y Cinéfilos? ¿Ya vieron Cinderella en Amazon Prime Video?