La nueva película de Huevocartoon arriba a los cines, ¿Un rescate de huevitos continuará con el éxito de la franquicia?
Hablar de Huevocartoon es hacerlo de la nostalgia, pues sus primeras producciones simbolizaron los eventos mediáticos del internet primigenio, por lo menos en lo que corresponde a mi círculo no existía conversación alguna en la que no se hablará de videos como los que protagonizaba el huevo filósofo o los rancheros y poetas.
En la actualidad no son un gran fanático del doble sentido con que se estipulan la mayoría de sus chistes, y probablemente si revisionamos muchos de sus sketches encontremos alegorías sociales que no han envejecido nada bien, esto como afortunado resultado de la concientización y lucha de diversas personas en lo referente a los derechos humanos.
Pero a pesar de lo anterior Huevocartoon continua destacando como uno de los pocos ejemplos de éxito en la industria nacional, pues junto a Ánima Estudios (La leyenda de la Llorona / Ana y Bruno) es la única productora con la capacidad de realizar costosos largometrajes animados que conecten con la audiencia mexicana.
Tras su fundación cuatro años atrás, en 2006 la susodicha compañía compuesta por 100 animadores/as realizó su primer largometraje: Una película de huevos, la cual según información de Sector Cine se mantiene como la décimo tercera película más taquillera en la historia nacional, esto gracias a una recaudación de 142 millones de pesos.
Lo anterior le permitió a la compañía realizar una secuela en 2009: Otra película de huevos… y un pollo, la cual nuevamente fue un éxito en taquilla y en la actualidad ostenta el lugar 26 de las películas nacionales con mayor recaudación en su historia -ingresó 113 millones de pesos-.
5 años más tarde la historia se repetiría con la tercera entrega de este universo: Un gallo con muchos huevos, la cual obtendría 167 millones de pesos y se quedaría a las puertas de entrar en el top 10 de filmes mexicanos más taquilleros.
Así es como se ha consolidado uno de los pocos ejemplos de franquicia que tenemos en México, y por lo tanto el universo creado por Rodolfo y Gabriel Riva Palacio Alatriste no planea detenerse, razón por la que llega a salas la cuarta parte del mismo: Un rescate de huevitos.
Una entrega sin mucho color
El filme nos narra una nueva aventura protagonizada por todo el grupo de personajes ya característicos de la historia, quienes viajan a Africa en búsqueda de salvar a los hijos de Toto y Di, los cuales han sido secuestrados por una teniente rusa que subastará a los mismos en una cena donde serán consumidos por multimillonarios.
Y desde mi perspectiva el filme sufre en dos sentidos: el primero tiene que ver con la animación, la cual repite el diseño 3D de su predecesora y por lo tanto pierde mucha de la magia que ostentaban los primeros dos filmes, pues paradójicamente el realismo buscado por la estética hace que los escenarios se vean más planos, tanto a nivel de color como iluminación.
Esto último también afecta mucho a los gestos y atractivo visual de sus protagonistas, específicamente cuando hablamos de aquellos/as que no son huevos, pues por ejemplo Toto ya no genera la ternura que ostentaba en el 2D sino todo lo contrario.
Pero además de está problemática Un rescate de huevitos tiene una amplia problemática en el guión, la cual me parece que deriva del desgaste propio de una franquicia, pues la idea en torno a la narrativa se ha vuelto completamente inverosímil, y la comedia al igual que el arco de sus protagonistas cae en lugares más comunes y unidimensionales, algo similar a lo que sucedió en Madagascar 3 al intentar convertirse en una aventura de acción global.
Sin embargo la franquicia presenta nuevos personajes basados en las personalidades de diversos animales, los cuales son bastante ingeniosos como el huevo de águila o correcaminos, y me gustaría que los mismos hubieran tenido más en pantalla en lugar de la arquetípica fauna con la cual se presenta a la selva.
Además la película explora en el fondo un lindo mensaje sobre no aferrarnos a nuestros miedos y que los mismos no nos detenga a experimentar en la vida, esto junto a una narrativa que reivindica el valor de la naturaleza por encima de la explotación de los recursos llevada a cabo por la humanidad, lo que termina por brindar un poco de color a esta nueva entrega de Huevocartoon.