Rápidos y Furiosos 9 llegará a cines y es una buena oportunidad para entender por qué se ha convertido en una franquicia tan exitosa
La saga de Rápidos y Furiosos se ha convertido en uno de los principales blockbusters en el mundo cinematográfico gracias a la química de su elenco, escenas llenas de explosiones y secuencias de acción emocionantes. La franquicia sufrió una evolución muy interesante a lo largo de los años para ganarse el corazón de los espectadores y conquistas las taquillas mundiales.
Cuando Rápidos y Furiosos llegó al cine en 2001, el público descubrió el mundo de las carreras de autos salvajes. La historia siguió la vida del policía Brian O’Connor (Paul Walker) que intenta infiltrarse en una banda de ladrones liderados por Dominic Toretto (Vin Diesel), y al final, por amor a la hermana de Dom, Brian termina defendiendo la causa de los forajidos.
En ese momento, la película formaba parte de una serie de thrillers y gracias a la primera entrega que recaudó un poco más de 200 millones de dólares en la taquilla mundial, descubrimos un nuevo elenco que además de rudos, pronto formarán la base de la “familia”, idea que se convertirá muy pronto en el centro y verdadero corazón de toda la franquicia.
Desafortunadamente, la pequeña esperanza que despertó la primera parte se desvaneció en 2003 y 2006, con Rápidos y Furiosos 2 y Rápidos y Furiosos: reto Tokio. En ambos casos, los productores decidieron no prestar mucha atención en la historia y la construcción de personajes, creyendo que las persecuciones serían suficientes para satisfacer a la audiencia. Sin embargo, no tuvieron la misma chispa que su primer experimento, y aunque fueron un éxito moderado (la segunda recaudó 236 millones y la tercera solamente 158), la franquicia parecía haberse consolidado como cintas sin mucho más que ofrecer que autos veloces y escenas de acción.
En 2009 la franquicia regresó con Paul Walker y Vin Diesel, 5control recaudó 363 millones de dólares en todo el mundo y calentó el motor antes de iniciar un interesante giro que reviviría el interés por la franquicia y llevaría a los personajes hacia nuevos horizontes. El director, Justin Lin, quien también es el encargado de cerrar la saga, aumentó un poco la duración de la película, haciéndola de 130 minutos, algo poco común en el género de acción. También, evitó las imágenes generadas por computadora y optó por los efectos prácticos para dotar de realismo a las carreras y empujar a los actores a presentar personajes más sólidos. Fue también en esta película donde el foco comenzó a centrarse en la idea de la familia y la lucha de estos personajes por mantenerla y cuidarla.
Sin embargo, en la parte 6 se buscó nuevamente traspasar los límites del realismo y llevar las escenas de acción a un punto máximo. Los cambios fueron sumamente llamativos y llegaron a recaudar más de $788.7 millones de dólares, lo que provocó que Universal la consideraá uno de sus principales proyectos y planeó expandir más su universo.
Para la séptima película, estrenada en 2015, James Wan, tomó la silla de Justin Lin pero no olvidó las lecciones de su predecesor: cuanto más grande es, más se filma, se debe asumir su propia improbabilidad y vemos a los héroes saltando de rascacielos a bordo de un Lykan Hypersport, o desde un avión con su auto equipado con paracaídas.
Las escenas logradas se convirtieron en una leyenda dentro de la franquicia, ya que se estableció una narración muy efectiva en torno a su realización y parecieron haber encontrado un punto medio entre el desarrollo de sus personajes y la acción desmedida. Por eso, Universal lanzó varios videos donde se explicaba detalladamente cómo se lograron.
La doble evolución hacia el exceso, tanto al realismo técnico como al surrealismo de guion, permitió a Rapidos y Furiosos encontrar finalmente una identidad propia en el mundo de los blockbusters así como superar los mil millones y medio de dólares en taquilla.
Fue así como la saga se convirtió en un auténtico placer culposo asumido. Desde hace seis años, la franquicia ha transformado una banda de ladrones, de diferentes orígenes, en una familia unida. Muchos espectadores han destacado su diversidad racial, en donde muchos actores de diferentes nacionalidades, fueron invitados a participar.
Tras el fallecimiento de Paul Walker, se cambió el final de la parte 7, con la ayuda de sus hermanos, para rendir un fuerte homenaje al actor. Desde este drama, la franquicia y sus personajes han adquirido otra dimensión en el corazón de los espectadores, más íntima, más personal. Hoy, la saga se ha consolidado como un objeto raro en la cultura popular al crear un género de acción muy particular que seguirá vendiendo millones de dólares.
