Un Príncipe en NY 2 ya llegó a la plataforma de Amazon Prime Video. ¿Qué tal resultó esta sorpresiva secuela?
33 años después de su primera visita a la inhóspita ciudad de Nueva York, El Príncipe Akeem (Eddie Murphy) regresa a nuestras pantallas a través Amazon Prime Video con una secuela que, si bien no es la mejor, es imposible que no te haga pasar un buen momento y, una que otra vez, soltar una sincera carcajada.
Un Príncipe en Nueva York 2 (Coming 2 America) sabe muy bien que es una secuela innecesaria para una película que marcó una época cuando se estrenó. La primera vez que vimos a Murphy en el papel, era muy raro ver una comedia estelarizada por un cast conformado en su totalidad por personas afrodescendientes, y mucho menos una comedia que fuera tan graciosa y estrambótica. Por eso, prefiere no tomarse tan en serio y solamente disfrutar la oportunidad de tener al elenco original reunido una vez más.
Un Golpe de Nostalgia
Akeem se presenta con el mismo carisma irreverente que hace 30 años, sólo que ahora está por convertirse en rey y decide seguir al pie de la letra las arcaicas leyes de Zamunda: debe encontrar a un varón para convertirlo en su heredero. De lo contrario, el General Izzi (Wesley Snipes) atacará con el objetivo de invadir su tierra.
La premisa es simple y bastante cliché, pero todos los artistas de antaño saben perfectamente cómo explotar la química que tienen entre sí y presentar una historia divertida. El desfile de cameos a la cultura pop también le da un gran toque a la cinta, y su estilo despreocupado de verdad tiene un encanto bastante especial. Además, las constantes referencias, no sólo a la primera parte de Un Príncipe en Nueva York, sino a otros trabajos de Eddie Murphy, seguro alimentarán la nostalgia y serán del agrado de los fans.
Sin duda, los mejores momentos de la película se los lleva James Earl Jones y las extrañas costumbres de Zamunda, pues sus excesos y exageraciones son de los puntos más fuertes que tiene la cinta. Y si bien en un momento llegan a ser cansadas, parte de las coreografías y números musicales que presentan en la película resultan bastante entretenidos.
Tropezando con el Presente
Los problemas empiezan, de hecho, cuando se introduce el nuevo elenco. El hijo perdido de Akeem, Lavelle Junson (Jermaine Fowler), si bien es simpático y tiene momentos bastante sólidos, al momento de querer actualizar las problemáticas sociales que vive la comunidad afrodescendiente en Estados Unidos, se siente muy obvia, especialmente porque choca muchísimo con los chistes que hacen los personajes de la vieja escuela.
Además, a pesar de que fomentan la idea de que Lavelle debe convertirse en su propio príncipe y seguir su camino, al final, son las mismas enseñanzas que aprendió Eddie Murphy en 1988 las que se convierten en el punto principal de la cinta y las que terminan llevando a los personajes exactamente a las mismas resoluciones que su antecesora. Esto hace que uno nunca pueda llegar a conectar con los nuevos personajes, de manera que cuando toman el control de la historia, se vuelve pesada y se puede perder el interés con relativa facilidad.
Lo mismo pasa con Meeka (Kiki Layne), la hija mayor del Rey Akeem y quien debe sufrir el peso del machismo de su padre y su sociedad. Ella, al igual que Lavelle, son sólo vehículos para intentar presentar temas actuales en una historia que realmente no busca discutirlos ni darles luz.
Aun así, Un Príncipe en Nueva York 2 es una propuesta no muy necesaria, pero lo suficientemente entretenida para pasar un rato agradable con los amigos y la familia. Y sin duda fue un gran acierto estrenarla solamente a través de una plataforma de streaming, ya que si es una película que vale más la pena verla en la comodidad del hogar.