Moxie es la reciente película de Netflix que cuenta como se inicio una revolución feminista en una escuela secundaria.
Moxie se basa en la novela del mismo nombre escrita por Jennifer Mathieu. La película está dirigida por Amy Poehler, una comediante y guionista que ha participado en Saturday Night Live desde 1975 hasta la actualidad, y en películas como en Mean Girls (2004) y Mamá por encargo (2008).
La historia cuenta la vida de Vivian (Hadley Robinson) una chica de 16 años aparentemente tímida que prefiere pasar desapercibida por su escuela, pero cuando la llegada de una nueva estudiante, Lucy (Alycia Pascual-Peña), la obliga a examinar el comportamiento sexista de sus compañeros, se da cuenta de que es momento de hacer algo. La joven inicia una rebelión feminista en su escuela secundaria, que sistemáticamente pasa por alto los comentarios humillantes que los jugadores de fútbol y sus amigos les hacen a las estudiantes.
Enfurecida por el ambiente tóxico e inspirada por la cultura Riot Grrrl (movimiento feminista estadounidense) de los años 90, Vivian crea una revista anónima Moxie ,para empoderar a sus compañeras. Inspirándose en el pasado rebelde de su madre (Amy Poehler), el fanzine clandestino denuncia los prejuicios y males sufridos en el instituto, dando vida inesperadamente a un movimiento real. Al encontrarse en el centro de esta revolución, Vivian entabla nuevas amistades con otras jóvenes y aliadas al superar las rivalidades entre clubes y afrontar juntas las dificultades de la adolescencia.
Películas que sirven para educar
La película no deja de ser una comedia de secundaria, pero integra la conciencia social que trata el tema de la igualdad de género con la estructura clásica de una película para adolescentes. Un objetivo que persigue la plataforma Netflix es precisamente contar historias inclusivas y aumentar la variedad de representaciones culturales y sociales llevadas a la pantalla. Orange Is the New Black, Dear White People, When They See Us, Atypical y Sex Education son solo algunos de los títulos de la plataforma, que tienen como objetivo identificar, formar y orientar sobre temas poco explorados.
Películas similares a Moxie son necesarias para educar a un público joven sobre los problemas sociales del pasado y el presente desde una perspectiva aún más liviana. La fuerza de la película es precisamente la forma en que se integra el feminismo, que como todos los movimientos políticos, culturales y sociales ha ido evolucionando junto con el cambio en la sociedad.
Vivian es retratada desde el principio como una adolescente en busca de respuestas, la adolescente, todavía se siente insegura acerca de muchas cuestiones relacionadas con su identidad y acepta pasivamente situaciones no tan correctas.
Los discursos de ella y su amiga enmarcan de inmediato la mentalidad misógina y catalogada que hemos visto en muchas películas anteriores a esta. Desde la lista de «las más guapas» hasta los comentarios en los pasillos, un acoso también aceptado por la directora del colegio.
Influencias feministas
La gran influencia de la película es la banda de punk Bikini Kill, que escuchamos y vemos a través del movimiento original de Riot Grrrl. Este último es parte de la tercera ola feminista, que comenzó en los Estados Unidos a principios de la década de 1990 en el estado de Washington. Años en los que las mujeres empezaron a tomar guitarras y baquetas, para expresarse como lo habían hecho los músicos masculinos hasta entonces, abordando también temas cruciales como la violación, el aborto, la cultura masculina, el abuso doméstico, la sexualidad, racismo, patriarcado y desigualdad de género. Un movimiento que ve a las mujeres cada vez más conscientes de su cuerpo y a no ser enmarcadas y limitadas según criterios heteronormativos y dominados por los hombres.
La película logra abrazar los problemas del pasado con la conciencia del presente, específicamente en una escena en donde la madre de Vivian es la primera en admitir que cometió errores en su juventud al ignorar estos problemas. Este aspecto lo representa la joven protagonista de la película que no pretende ser un ejemplo de “feminismo perfecto”, sino una verdadera representación de la iniciación a la madurez y las causas sociales que influyen en nuestra vida.
La película nos recuerda la importancia de la información en una sociedad que aún desacredita al feminismo. Hay que empezar desde pequeños a rechazar el acoso que culpa a la víctima y no al acosador, y al tratar en diferentes tipos de películas y géneros este tipo de temas se llega a un cine más inclusivo para todos.