El pasado 2 de febrero estrenó Altered Carbon, nueva serie original de Netflix; la cual es una de las apuestas fuertes para iniciar este año. Con Joel Kinnaman, James Purefoy, Martha Higareda y Will Yun Lee a la cabeza del reparto.
Esta historia de ciencia ficción está basada en la novela de Richard K. Morgan y claramente influenciada por la cultura cyber punk. Altered Carbon nos traslada al año 2384, un mundo en el que todos los humanos tenemos un dispositivo o pila detrás de la cabeza en la cual está almacenada nuestra conciencia, y cuando mueren tiene la posibilidad de traspasar esta pila a otro cuerpo o funda para prolongar su existencia; pero sólo si puedes pagarlo, lo cual hizo que los ricos y poderosos, llamados “Mats”, pudieran alcanzar la inmortalidad y convertirse prácticamente en dioses.
Takeshi Kovacs es un ex mercenario/terrorista, quien volvió a la vida en un nuevo cuerpo tras llevar muerto 250 años; a quien el multimillonario Laurens Bancroft le ordena que investigue si su reciente muerte fue suicidio o asesinato.
Aquí comienza una historia que al menos en su primera mitad es un tanto confusa y saturada de tramas secundarias que parecen ser de lo más irrelevantes. La acción es contada y por momentos un tanto caótica y precipitada.
La trama se sale de control por momentos debido a los tantos elementos que la serie trata de abordar; con esta mezcla de dilemas religiosos y morales con otros de un carácter más tecnológico. Estos elementos no terminan de tener el peso que la serie intenta darles, haciendo que estos se queden relegados a un segundo o tercer plano haciendo que no estén del todo claros.
Durante la segunda mitad empiezan a resolverse las cosas, todo empieza a tomar sentido; las secuencias de acción mejoran considerablemente y se hacen interesantes logrando que la serie tenga un final bastante decente.
Uno de los mayores problemas de Altered Carbon radica en lo poco carismático de los personajes. Tanto en lo individual como en lo colectivo, es difícil desarrollar cierta empatía con ellos; lo cual complica mucho las cosas.
La serie tiene muchísima materia, pero poca sustancia. Es un tanto pretenciosa, con esta necesidad de ser un fenómeno en el género y de ser algo así como la nueva Blade Runner; y aún a pesar de los esfuerzos no pasa de ser un intento. Visualmente está a la altura de cualquier otro tipo de producción de ciencia ficción, pero no es suficiente para rescatar la serie.
Calificación:
https://www.youtube.com/watch?v=i4W5oT_oJQY