¿Será que la palabra «familia» dispara algo en la psique de Cunanan?
El episodio 3 de la 2da temporada de American Crime Story: The Assassination Of Gianni Versace fue uno cargado de tensión y horror. Cunanan mostró su lado más oscuro y cínico, encajando perfectamente en un villano de película de terror.
Aún así los verdaderos protagonistas de este episodio, en donde no apareció Gianni, fue el matrimonio Miglin. ¡Qué buenas actuaciones! Tanto Lee (Mike Farrell) y Marilyn (Judith Light) resaltaron interpretando a personas con poder e influencia como imagen pública pero con fragilidad en su vida privada. A su manera cada uno libraba una lucha interna por sostener un matrimonio leal y lleno de compañerismo.
Marilyn es una empresaria de perfumes que es una reina en el Home Shopping Network. Ahí ella se desenvuelve con naturalidad ante la cámara y logra exitosas ventas; por otro lado su esposo es un verdadero magnate de la arquitectura de Chicago. Ambos parecen llevarse muy bien con amigos poderosos en eventos de recaudación de fondos. «Mi Lee es el sueño americano«, expresa ella en esa cena prestigiosa.
Lo cierto es que detrás de todo eso hay una cortina que no permite ver el verdadero ser de Lee; un adulto mayor que vive con su esposa en una gran casa llena de secretos. El más importante es Andrew, un escort que no es como los demás. Cuando éste le da un beso apasionado lo hace sentir vivo… En el fondo Lee sabe que es una fachada, pero una que no quiere acabe nunca.
Lee sufre de sentir atracción por hombres, lo cual lo traslada a una capilla que tiene en uno de los cuartos de su hogar. Candelas e imágenes religiosas lo rodean mientras reza un: «Yo trato, yo trato, yo trato». Implora el perdón divino.
Es de esa vulnerabilidad que parece que se alimenta el ente asesino interno de Andrew. Los planes del «edificio más grande del mundo» no lo impresionan y rápidamente lo seduce para dejarlo en el suelo; derrotado, amarrado y moribundo. «El concreto puede matar» y sin dudarlo lo hace.
El episodio comienza con un gran suspenso ya que nos hace conocer cómo unos vecinos junto a policías encuentran el cuerpo de Lee, mientras Marilyn está fría en la cocina. En el fondo sabía que algo andaba «mal» con su amado esposo. Al rato llegan más oficiales para investigar el caso; quienes parecen más interesados en emitir juicio por lo encontrado en la escena del crimen: revistas de porno gay. Pero Marilyn no se inmuta por las intenciones del asesino -del asesinato aleatorio- que ocurrió en su casa. Ella solo quiere que se atrape a la persona y que no hayan críticas infundadas contra su marido.
La posición de la señora de los perfumes es de una mujer fuerte y decidida a no verse derrotada en el ojo público. Ya en su habitación, quitándose el maquillaje, sí sale su lado sensible. Lee fue su mejor compañero de vida y gozaban de un amor profundo, aunque quizás nunca fue completo.
De ahí nos desviamos a la astucia/desesperación de Andrew, quien con auto robado se ve urgido por conseguir un nuevo medio de transporte. Resultado: un verdadero asesinato aleatorio a un hombre que le suplicó ver a su familia una última vez. ¡Boom! ¿Será que la palabra «familia» dispara algo en la psique de Cunanan?
Por la ejecución de los personajes; los momentos delicados e introspectivos; el cambio de actitud de Andrew y la construcción de una tensión que recorre casi todo el episodio, «A Random Killing» es definitivamente un episodio que vale la pena ver.