Ma Rainey’s Black Bottom es una fortísima contendiente a reclamar el puesto de la mejor película del año que se sostiene a partir de un Chadwick Boseman y una Viola Davis electrizantes.
El blues es mucho más que un simple género musical. En él hay una inmensa cantidad de bagaje cultural e historia que representa exacta y excelentemente el paso de los afroamericanos en este mundo; y, como nos enseñó el genio Marshall McLuhan: «El medio es el mensaje». Ma Rainey’s Black Bottom utiliza a la música blues como motivo para contarte una poderosa historia.
La película escrita por Ruben Santiago-Hudson, dirigida por George C. Wolfe y protagonizada por unos impresionantes Viola Davis y Chadwick Boseman llegó a Netflix el pasado 18 de diciembre para soltar un manotazo en la mesa y decir dos cosas: «soy una de las mejores películas del año» y «como Netflix siga así… No habrá quién lo pare.»
Del escenario a la pantalla de tu casa
Chicago, Illinois; 1927. Nos situamos en una sesión de grabación de los próximos éxitos de Gertrude «Ma» Rainey, la Madre del Blues, cuando las tensiones se acrecentan entre la cantante, su trompetista, el resto de la banda y los productores blancos que intentan controlar lo incontrolable. En una única locación y solamente hora y media de duración, Netflix nos entrega una película poderosa, importante y necesaria. Todo a través del blues.
El largometraje es una adaptación de la obra de teatro de August Wilson que lleva el mismo nombre y es la segunda producida por Denzel Washington después de haber hecho lo propio (además de dirigirla y protagonizarla) con Fences. ¿Qué signifca «Ma Rainey’s Black Bottom»? Es nada más y nada menos que la canción que intentan grabar en toda la película.
La más que probable candidata a muchos premios el siguiente año se defiende por sí sola al entregarle a su audiencia un nuevo y fresco discurso anti-racista (con momentos muy poderosos y desgarradores) en donde, gracias a la excelente ambientación de la década de los 20s, podemos entender cómo y por qué Ma Rainey era apodada como «la madre del blues» y cómo este género musical es empleado para representar poder por parte de los afroamericanos hacia los blancos.
Y es en este aspecto en el que hay que detenerse a analizar acerca de Ma Rainey’s Black Bottom: a través del título de una canción (que literalmente significa el trasero negro de Ma Rainey) ella nos enseña que, por primera y única vez en su vida, una persona de raza negra iba a estar en una posición de superioridad con respecto a los blancos; y que si a ellos no les parecía lo anterior, ella bien podría llevarse el mencionado trasero negro a otro lado para que ellos perdieran el juego.
¿Protagonista secundaria y secundario protagonista?
Es indispensable continuar comentando Ma Rainey’s Black Bottom sin detenernos en Viola Davis y en Chadwick Boseman. Ambos son el 95% de la película entera y si alguno no hubiera estado tan excelente como lo está, nada de esto tendría sentido.
La primera nos entrega al personaje titular (que tiene menos tiempo en pantalla que su co-estrella) en una posición de poder que pocas veces le hemos visto a los negros en largometrajes centrados en este tipo de discursos. En la primer escena la audiencia puede entender rápidamente lo que Ma significa y lo que Ma representa para su banda, para los afroamericanos y para la música blues.
Ella es quien manda en la habitación. Su presencia, su fisicalidad y, obviamente, su voz le hace a su audiencia entender a la perfección la manera en la que se transmite el mensaje anteriormente explicado y cómo la maestra Viola acompaña su interpretación con un rostro excesivamente maquillado que no necesita de más para establecer que es una de las mejores actrices del momento.
En cuanto al sr. Boseman… Ay. La película está dedicada a su memoria, en celebración de su arte y su corazón, y cuando uno ve el talento descomunal que tenía el recientemente fallecido en esta, su última actuación, nuestros corazones se rompen una vez más al saber que ya no está con nosotros.
Si Ma Rainey es quien quiere dar el mensaje, Levee (Boseman) es el encargado de representarlo. Chadwick (quien estaba siendo tratado por su cáncer de colon durante el rodaje de esta cinta) se mete en la piel de un trompetista insaciable, audaz, descarado y atormentado que sin duda lo coloca en los puestos más altos de los mejores trabajos de actuación del año.
Es imposible contenerse la lágrima ante todo lo que este personaje tiene que decir y cómo Boseman se encargó de entregárnoslo; además, el nacido en Carolina del Sur aprendió cómo tocar la trompeta para interpretar a este personaje. Definitivamente será uno de los favoritos para ganar el Oscar por su trabajo aquí… Muy probablemente compitiendo contra Anthony Hopkins. Veremos si la Academia le entregará la doble nominación (suena fuerte a Mejor Actor de Reparto por Da 5 Bloods) primero y una estatuilla dorada póstuma. Esperemos que así sea.
Los integrantes de la banda
Como audiencia, uno puede sentir que está viendo una obra de teatro; ya que al estar casi todo el tiempo en una misma locación y al contar con escenas largas en donde el diálogo no da señales de detenerse genera esta sensación. Esto es «culpa» del señor George C. Wolfe, quien logra contar su propia historia rindiéndole tributo al material original.
El elegido por Denzel para contar este relato triunfa al lograr empoderar a los afroamericanos deteniéndose en los acontecimientos que a nuestros protagonistas los han marcado en una época en donde el racismo estaba disfrazado por conveniencia para que los blancos se enriquecieran por medio de los negros. El señor hace lucir tanto a Chadwick como a Viola colocándolos en primer plano y dejando que ambos maestros hagan el resto. Se espera nominación para el director.
El guion de Ruben Santiago-Hudson es magnífico simplemente porque logra contar una historia nueva que gira alrededor de un discurso de desigualdad que, de haber sido mal empleado o adaptado, se hubiera sentido repetitivo o exhaustivo. El guionista no se va a detener en explicarle al espectador quién es Ma Rainey, dando por sentado que ya la conoce, sino que él va a priorizar que la gente entienda cómo se puede usar la música para empoderar a la raza discriminada y así colocarla por encima de la discriminadora.
Al mismo tiempo que tirará de personajes secundarios para terminar de contextualizar y hacernos empatizar con lo que ellos han estado viviendo tanto de su lado del escenario como detrás de bambalinas.
En Conclusión
La orquesta de Ma Rainey’s Black Bottom se termina de complementar con una edición exquisita que nos mantiene a un excelente ritmo tanto en la habitación de la banda como en la que se encuentra Ma, un vestuario fiel a la época que (en el caso de Ma) nos coloca perfectamente en el contexto en el que veremos a esta historia desenvolverse y una música que, a pesar de no estar tan presente, después de todo, es la culpable de que veamos a los afroamericanos por encima de los blancos.
Ya habíamos compartido contigo que Ma Rainey’s Black Bottom es una fortísima contendiente a muchos premios el año siguiente (si no has visto nuestras predicciones a los Premios Oscar, te la dejamos aquí) sin haberla visto, ahora que ya hemos podido apreciarla creemos que es un largometraje con muchas posibilidades de ver nominaciones a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz, Mejor Actor y Mejor Guion Adaptado, como mínimo.
No puedes perderte el más reciente estreno de Netflix, Ma Rainey’s Black Bottom por todo lo anteriormente establecido, pero específicamente porque no es muy común que un mensaje de estas magnitudes sea representado a través de un título de una canción que terminaría por significar tantísimo. Además, porque Chadwick Boseman partió de este mundo con una nota altísima y siempre tendremos a esta, su última interpretación, en nuestros corazones. El blues no es únicamente un género musical, ¿verdad?