Sin Señas Particulares es el más reciente filme de la guanajuatense Fernanda Valadez, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y nominada al premio Ariel.
Fernanada Valadez estrenó en 2015 el cortometraje “400 maletas” que le otorgó la nominación al Oscar estudiantil en la categoría extranjera. Cinco años después estrena “Sin señas particulares” que está basada en el mismo cortometraje pero con una historia más compleja. La película ganó el premio al mejor largometraje mexicano y el premio del público en la reciente edición del Festival Internacional del Cine de Morelia (FICM). También, la protagonista de la película Mercedes Hernández ganó el premio a mejor actriz.
Sin señas particulares empieza con la partida al extrajero del hijo de Magdalena, una señora originaria de Guanajuato. Al no saber nada de su paradero, después de que tomara un camión para llegar a Estados Unidos, ella decide ir a buscarlo hacia el norte para denunciar su desaparición. Sin embargo, no encuentra ayuda de las autoridades, y decide investigar por su propia cuenta los últimos pasos de su hijo.
Magdalena se encuentra con una mujer de clase alta, Olivia (Ana Laura Rodríguez), quien también es madre de un hijo desaparecido, en un centro de identificación de cadáveres, y que apoya a Magdalena para que no se rinda en su búsqueda, aunque todo apunte a la muerte de su hijo debido a que encuentran su maleta entre varios cuerpos.
La madre llega a la frontera ayudada por mujeres y se encuentra con un mexicano recién deportado, Miguel (David Illescas) que busca regresar a su casa para encontrarse con su madre. Juntos se acompañan en este viaje incierto y lleno de soledad.
La realización
¿Qué es peor, saber que tu hijo está muerto o no saberlo y vivir con un poco de esperanza? La película lentamente y de manera muy conmovedora permite sentir el vacío que envuelve al protagonista, con la preocupación que su mirada evoca y que tiene un gran efecto en el espectador.
Valadez presenta esta desgracia en una historia contundente y poderosa con un final impactante, la historia toca un tema muy delicado con mucho respeto y sin duda es una película que sí es necesaria para los mexicanos. El dominio del crimen organizado, políticos corruptos, policías que no hacen su trabajo y militares aprovechados de su autoridad son temas comunes en el país que sin duda se hacen más graves cada día.
Para realizar el filme, la directora y guionista, investigó a través de documentos ya que tenía mucha timidez de entrevistar a familiares de personas desaparecidas. Es por esto, que el trabajo tiene un carácter más periodístico inspirado en hechos reales que han ocurrido en el país (Masacre de San Fernando, Allende, desapariciones forzadas y cuerpos encontrados) para hacer la historia más verosímil.
Las metáforas
La figura del diablo es utilizada en la película para expresar la violencia con la que un grupo de migrantes es asesinado. La directora, mencionó en entrevistas para el FICM, que tomaron la decisión de utilizar esta figura metafórica para mostrar el horror que escapa de nuestro entendimiento.
En una escena de la película, un testigo de las matanzas atroces que se sufre en la frontera, le comenta a la madre que durante el secuestro del autobús, “El Diablo lo atrapó”, el diablo es más que el individuo, es un cartel, sí, pero más amplio y complejo de lo que sospechamos.
Tal vez, la sugerencia es que el hogar actual no es un paraíso y se debe pasar el diablo para llegar hacia esa otra vida llamada mejor (el sueño americano). La película retrata ese mundo inquietante, peligroso que dice mucho con sus silencios y sus personajes vagando como fantasmas. Toda la película, tiene una brillantez técnica y estética que quita el aliento.
Temas que causan conmoción
La migración de México a los Estados Unidos, la violencia y el crimen organizado, han provocado el foco de muchas películas hasta la fecha. Fernanda Valadez ha elegido un ángulo bastante innovador; un enfoque humano que refleja el infierno que se apoderó de todo el país a principios de la década de 2010 y que a la fecha sigue vigente.
Desde este punto de partida, ya muy fuerte, la historia conduce al espectador a un universo con un retrato mucho más complejo de lo esperado .Al mismo tiempo, la película también cuenta sobre la triste situación del hoy, una que se siente completamente agraviada y desconfiada del sistema, independientemente del nivel de gobierno. Poco a poco la historia avanza hacia un paisaje cada vez más salvaje, tanto literal como metafóricamente.