La Otra Missy debería ser esa película que pones cuando ya no tienes nada, nada, pero en serio nada que ver.
En tiempos de cuarentena nos remitimos a escoger cualquier película o serie que haya en el catálogo de Netflix con tal de distraernos un rato, apostando muchas veces por aquellas que se mantienen dentro del Top 10 de tendencias en la región.
Mala idea en ocasiones, y La Otra Missy puede que sea uno de esos casos, aunque si soportas ver a personas haciendo o diciendo cosas absurdas e ilógicas una y otra y otra vez, quizá sea la opción que has estado buscando para divertirte y no parar de reír.
¿A quién no le ha pasado algo así?
Esta comedia relata la historia de Tim Morris (David Spade), un hombre que tras romper con su compromiso de matrimonio, decide experimentar con las citas a ciegas. En una de éstas conoce a Missy (Lauren Lapkus), una chica extrovertida que no se cansa de hablar y cometer actos tan hilarantes para ella, lo que provoca que Tim la considere como una lunática y busque a toda costa la forma de huir.
Meses más tarde, Tim conocería por accidente en un aeropuerto a Melissa/Missy (Molly Sims), de quién se enamora después de descubrir que tienen una serie de gustos iguales, ella le da su número y prometen hablarse para terminar con esa plática tan interesante.
Con la convivencia anual del trabajo tan cerca, Nate (Nick Swardson) le propone a su amigo Tim que lleve a Missy como acompañante al lujoso hotel en Hawai para que ahí la conquiste, éste no lo piensa demasiado y le manda un mensaje con la propuesta, a lo que ella responde muy entusiasmada que si. Pero cuando llega el momento de realizar el viaje, se da cuenta que ha cometido el peor error y ahora tendrá que pasar unas insoportables vacaciones a lado de la otra Missy.
Una comedia complicada
El género que tiene como objetivo hacerte reír hasta el cansancio, recurre con más frecuencia de lo que muchos desearían a cosas como: la exageración de las actitudes bobas, darle características extremas a la persona que todo le sale mal o que habla, habla y habla sin parar; volviéndo la situación más que divertida, una verdadera tortura.
El error que han cometido muchas de las cintas de este tipo, es que lo hacen de forma muy ilógica y en el peor momento para causar risa, peor aún, gastan las mismas bromas que hemos visto en repetidas ocasiones en la pantalla.
En La Otra Missy pasa precisamente ésto y nada funciona, a pesar de tener una trama poco vista, cuenta con personajes poco desarrollados y que actúan sin sentido alguno. Probablemente se deba a que Lauren Lapkus ha declarado en diversas entrevista, que se le dio bastante libertad a su personaje (Missy) e incluso se le permitió improvisar algunas escenas.
Si bien puede verse tan cómoda en su papel, la actitud es tan exagerada que sueles empatizar con la desesperación que siente Tim por librarse de ella. En realidad son muy pocas las escenas dónde te sacarán una risa franca y porque en realidad fue gracioso el momento, pero por lo general todo se siente fuera de tiempo. Ni siquiera Rob Schneider logra aportar la comedia que acostumbra mostrar en sus películas.
Nunca dejes de ser tú mismo
Al menos Missy da una muestra de la importancia de no cambiar tu forma de ser, ni siquiera por tener a alguien a tu lado. Después de haber sido rechazada por Tim en una ocasión y tratar de ser ocultada durante todo el periodo vacacional, Missy siempre busca la forma de mezclarse entre todos, convivir, no para de sonreír y conserva de principio a fin la misma actitud extrovertida.
El verdadero reto es llegar al final de La Otra Missy, para darse cuenta que a pesar de ser insoportable, podría valer la pena aguantar una persona así, con esa dosis de locura que te orilla a vivir grandes aventuras o te hace sentir complementado. Quizá sea lo único positivo que muestra toda la película, pues de alguna forma hace valorar a esas personas que tratan de darle un poco de buena vibra a lo cotidiano y son capaces de cualquier cosa por provocar una sonrisa.
Además logra mostrar algunos mitos sobre la compatibilidad y el amor, ya que con la confusión entre ambas Missy, Tim resolverá la diferencia entre lo que disfruta y lo que solo es una coincidencia cuando de buscar pareja se trata.
En conclusión
La Otra Missy no es para nada la opción más indicada si eres de aquellos que no toleran las actitudes ridículas o las bromas muy tontas para provocar una risa, pues su principal problema es la exageración en lo absurdo. Los personajes no tienen gran desarrollo y la historia se siente un tanto desaprovechada. Sin embargo para aquellos que ríen por cosas tan simples como una caída repentina, pasarán momentos divertidos y entretenidos.
Cinéfilos y cinéfilas, ¿Le darán una oportunidad a esta cinta de la productora de Adam Sandler o ya no confiaran en el Top 10 de Netflix?