Game of Thrones: final perfecto para los libros

Dentro de todos sus defectos, GOT accidentalmente conservó uno de los detalles más importantes de la historia GRRM.

La octava temporada de Game of Thrones no tiene mucha defensa. De hecho, no tiene ninguna defensa.

Apresuraron por completo la historia de Daenerys, haciéndola ver como una niña berrinchuda en lugar de una regente que perdió la cabeza; Jon Snow quedó como un caballero de armadura blanca, idea que el show había intentado revertir y criticar durante más de 7 años. Y, en general, el desenlace del último episodio se siente inmerecido. Pero, dentro de todo lo malo que tuvo el final, engloba una idea que maneja mucho George R. R. Martin en su saga de libros y que también ha estado presente en la serie: La historia, ésa que estudiamos en la escuela, es subjetiva y muy poderosa. Y éste, accidentalmente, es el final perfecto para los libros de A Song of Ice and Fire.


La Historia que define a Daenerys Targaryen

Dentro del gigante universo que George R. R. Martin ha construido, existen un montón de leyendas, profecías y cuentos. Algunas profecías son verdad, otras no, pero definen acciones y rumbos. Muchas veces se toman decisiones con base en chismes, y una de las cosas más interesantes en Game of Thrones es ver cómo interactúan los personajes con las historias que se cuentan de ellos y de sus seres queridos.

Daenerys se considera a sí misma como una salvadora y la verdadera heredera al trono debido a todas las historias heroicas que su hermano Viserys le cuenta sobre su familia. Pero gracias a los otros habitantes que existen en Westeros, GRRM nos recuerda constantemente que los Targaryen son propensos a la locura y la ambición. Ver si Dany sucumbe a los mismos impulsos que sus antecesores o si logra “romper la rueda” y ser diferente es una de los mayores interrogantes que tiene la saga de libros. Ya sabemos la respuesta, ahora más que nunca nos queda claro que Daenerys siempre estuvo definida por la historia de sus familiares y el lema “Fire and Blood”.

Game of Thrones tiene el final perfecto para ASOIAF


La Verdad de Ned Stark y Cersei Lannister

Nosotros vemos la batalla de los 5 reyes pasar ante nuestros ojos. Sabemos que Ned Stark no traicionó a Robert Baratheon y que el pecado que lo llevó a la muerte fue saber la verdad sobre los hijos de Cersei.

Quienes no sabían eso, fueron los habitantes de King’s Landing. Durante todo el reinado de Joffrey se cuenta la traición de los Stark y pintan la guerra como un conflicto injusto de invasores ambiciosos contra los Lannister, valientes líderes de Westeros. Esta idea, junto a su boda con Margaery Tyrell, ayudó a construir una opinión pública en general positiva y así, su reinado logró una relativa paz.

Cersei termina con eso una vez que hace explotar al High Sparrow con toda la aristocracia, destruyendo de paso la moral del pueblo. Debido a su humillación pública, los habitantes dejan de creer en la fuerza y dominio de los Lannister; y Cersei, aparte de ser una reina debilitada políticamente, queda como una regente odiada. La historia construye opiniones, y eso es lo que une o destruye civilizaciones.

Game of Thrones tiene el final perfecto accidentalmente para ASOIAF


Las historias cuentan lo que conviene

Durante toda la serie, en Westeros se ve a los dragones y a la Khalessi como un mito. Consideraban a Dany una amenaza pequeña y dudaban de la existencia de Drogon, Viserion y Rhaegal. Lo mismo pasa con Jon Snow, ese tipo que regresa de la muerte como un líder. Conforme su historia se desarrolla, se enamoran, luchan juntos y comienzan a pensar e idear las mejores formas en que Daenerys pueda ser la conquistadora de los 7 reinos.

Su historia cada vez más muta a una fantasía romántica clásica: ambos son herederos olvidados que tienen que empezar desde abajo para recuperar lo que legítimamente es suyo, de esas fuerzas malignas que se lo quitaron.

El final, en donde vemos que Drogon desaparece con el cuerpo de Danny y Jon se va al norte con la Guardia de la Noche, es una muestra de que ese tipo de personajes simplemente no pueden vivir con los demás, ni figurar en la historia que se cuenta al pueblo. Ellos pertenecen a las leyendas, a los mitos, a tiempos que se ven muy lejanos y que ayudan a crear moralejas: el poder corrompe, el amor te hace cometer locuras; pero que, ciertamente, no ayudan a legitimar un gobierno.

GOT y ASOIAF


Si buscas justicia en Game of Thrones, has venido al lugar equivocado

Hay muchísimos problemas con la escena del Consejo que escoge a Bran como Rey: casi todo está conformado por aliados de los Stark, sigue existiendo una monarquía absoluta, y realmente que ellos escojan al nuevo gobernante no va a servir de nada para el pueblo. Sin embargo, lo hacen ver como un momento histórico, en donde por fin se logró la paz que tanto necesitaba Westeros.

Tyrion, uno de los personajes principales más queridos de la serie, aquel que ha estado por casi todo el mundo y que aconsejó a las personas más importantes en el Juego de Tronos, ni siquiera figura en la historia que se va a contar sobre el surgimiento del nuevo Rey. En el episodio se muestra como un detalle gracioso, pero en realidad el mensaje es fuerte y claro: en la Historia se reúnen las partes que sirven para crear una consciencia, para elevar a los héroes y demonizar a los villanos. Aquellos que no son lo suficientemente populares entre el púbico, ni necesarios para la narrativa de los ganadores, no van a encontrar cabida ahí.

El Rey Bran


La Moraleja de GRRM

George R. R. Martin nos quiere decir que la historia es un ente vivo, creado por personas que están sesgadas y que responden a distintos intereses. Aquellos que tuvieron un papel en los sucesos históricos pudieron haber sido peor, o mejor, o más complejos de lo que sus registros nos dejan ver.

Pero eso jamás podremos saberlo a ciencia cierta, tenemos que confiar en la forma en la que otros nos están contando su vida. Con el tiempo, conforme las generaciones avanzan y las vidas de esas personas son cada vez más lejanas, más lejano también es nuestro entendimiento de ellos, de lo que significaron sus hazañas y las verdaderas consecuencias que tuvieron. O simplemente se vuelven leyenda, tal y como pasó con los White Walkers.

Esto lo vemos a través de Jaime Lannister y Brienne of Tarth. Durante toda la serie, vemos a Jaime intentando ser un verdadero caballero, enmendando sus errores, completamente enfermo de culpa, pero también lo vemos incapaz de cambiar.

Quien pudo ver el potencial que tenía y su bondad fue Brienne, y por eso escribe en el libro de los caballeros sus hazañas, y lo retrata como un héroe. Desdibuja por completo la complejidad de su personaje, pero al menos logra quedar en la historia como lo que siempre quiso ser: un buen y honrado caballero. No por sus logros, sino por cómo decidió retratarlo la mujer que lo amó.

Bran of Tarth


Los Problemas de la Historia

¿El final es justo? No. Pero la historia tampoco lo es. ¿Es un final satisfactorio? Tampoco. Porque conocemos a todos los personajes, conocimos sus motivaciones, su personalidad, sus errores y sabemos si merecían más o menos.

De esta forma, George R. R. Martin nos muestra lo complejo que es crear la historia, cómo se va desvirtuando y mezclando hasta que quedan cosas completamente diferentes a la verdad. Somos humanos, vivimos de historias, pero esas historias no son una verdad absoluta.

Pudo haber sido un gran final, muy seguramente esos temas los quiere tocar Martin en sus libros, si es que algún día los termina. Pero por más que estén ahí los detalles y los temas, eso no salva a la temporada 8 de ser una mala temporada, de haber apresurado todo para llegar a un final que simplemente no estaba listo.

Los Stark de GOT


Game of Thrones tiene el final perfecto (accidentalmente)

Tal vez no sea un final congruente con el desarrollo de sus personajes, pero sí sigue un tema que se venía explorando desde la primera temporada. Quizá si se hubieran tomado más tiempo para explorar dichos desarrollos, éstos no serían incidentales.

Tal vez la moraleja de ASOIAF es que no podemos confiar por completo en la historia, y que ésta nunca va a ser buena, justa o satisfactoria para las personas que vieron cómo se fue construyendo (en este caso, nos incluye a nosotros como audiencia). Pero, si ese es el caso, entonces el final de Game of Thrones es accidentalmente el final perfecto para A Song Of Ice And Fire.