No me sigas, dirigida por los hermanos Ximena y Eduardo Lecuona, cuenta la historia de Carla, una joven dispuesta a todo con tal de ganar popularidad en redes sociales, por lo que para atraer más seguidores, se muda a un edificio con fama de estar embrujado y comienza a publicar videos en los que realiza falsos rituales para invocar espíritus.
Sin embargo, lo que inicia como una simple actuación pronto se convierte en algo mucho más oscuro, cuando una entidad real comienza a manifestarse.
En Fuera de Foco, platicamos en exclusiva con la protagonista Karla Coronado, quien nos contó por qué esta película resulta tan relevante en una época donde las apariencias y la búsqueda de validación en redes sociales son más intensas que nunca.

Blumhouse apuesta por el terror en México
La película de No me sigas fue filmada completamente en México con el respaldo de Blumhouse, la reconocida productora especializada en terror detrás de títulos como M3GAN, The Black Phone, La Purga y Actividad Paranormal.
Por esta razón, Karla Coronado confesó que sintió cierta presión al formar parte de un proyecto respaldado por una casa productora tan importante, pero también lo vio como una gran oportunidad.
“Afortunadamente, Blumhouse nos dio mucha libertad creativa y confianza para hacer lo que queríamos. Tuvimos una conexión muy directa con los directores, y eso nos permitió trabajar sin tanta presión. Nos sentimos acompañados y fue muy valioso ver cómo confían en el cine mexicano y en las producciones en español.”
Karla Coronado
Coronado destacó que el equipo detrás de No me sigas buscaba que la película se sintiera como una historia auténticamente mexicana, tanto en estética como en identidad. “Grabamos en el edificio Canadá y en varias locaciones de la colonia San Rafael. Hay muchos elementos que reflejan nuestra cultura: desde mi perrita, que es una chihuahua y tiene un papel importante en la historia, hasta los pequeños detalles visuales y la forma en la que los personajes se expresan o enfrentan sus problemas. Queríamos que todo se sintiera cercano al público mexicano.”
La actriz también compartió que, aunque no era una gran fan del cine de terror antes de este proyecto, su participación en No me sigas cambió completamente su perspectiva, “Antes me daba miedo ver películas de terror, pero ahora estoy obsesionada. Me puse a ver muchas del género y me di cuenta de lo valioso que es, te permite hablar de cosas muy profundas sobre el ser humano y sobre problemáticas sociales”.

No me sigas es un gran reflejo del engaño en redes sociales
Uno de los aspectos más interesantes de No me sigas es que, más allá del terror y los sustos, la película propone una reflexión social muy actual, como lo es la apariencia y la búsqueda de popularidad en internet.
En particular, la cinta pone el foco en los creadores de contenido dedicados al mundo paranormal, quienes, en su intento por ganar seguidores, a menudo cruzan límites éticos. Al respecto, la actriz explicó que, para construir su personaje, analizó la forma en que estos influencers se comunican con su audiencia:
“Consumí mucho contenido paranormal en línea porque quería entender cómo se relacionan con el público y cómo es la dinámica de transmitir estas historias. Sin embargo, el guion ya tenía muy clara la esencia del personaje, así que después decidí alejarme un poco de ese formato para hacerlo más propio.”
Karla Coronado
La actriz también reflexionó sobre la presión que ejercen las redes sociales en la vida de los artistas y creadores, un tema con el que asegura sentirse personalmente identificada.
“Yo, Karla, tengo una relación de amor y odio con las redes. Como actriz, sé que debo estar presente, pero como escritora, hay una parte de mí que quiere desaparecer y mantenerse al margen. A veces le pongo muchas ganas, luego me saturo, me da ansiedad… Es muy compleja mi relación con ese mundo.”
Karla Coronado
Coronado añadió que, con el paso del tiempo, las redes sociales han dejado de ser un pasatiempo para convertirse en una industria que mueve grandes intereses. “Antes, las redes eran un juego, pero ahora son un trabajo real donde se genera dinero y fama. Hay muchas dimensiones detrás: construir una imagen, mantener una audiencia, aparentar algo que quizás no eres. La línea entre lo real y lo ficticio cada vez es más borrosa, y eso es justo lo que la película explora.”






