El popular actor francés Gilles Lellouche debuta como director de largometraje con Hombres al agua, una comedia fresca y divertida que se estrenó el pasado 3 de mayo en salas mexicanas. La cinta ya recibió 3 nominaciones a los Premios César en la categoría de Mejor Guión Original, Mejor Director y Mejor Película. Antes de que sea demasiado tarde, aquí te damos algunas razones para que vayas a verla este fin de semana.
Una historia que te engancha
Hombres al agua (aka El gran baño) toma el infortunio, la desgracia y los problemas reales de las personas y lo convierte en una comedia excelsa. La trama es orgánica y nos lleva de inmediato a identificarnos con los problemas de sus protagonistas: el desempleo, el rechazo, la desgracia, la falta de amor, la frustración, las adicciones y el fracaso. Este coctel de eventos podría provocar una trágica historia. Sin embargo, Lellouche aprovecha al máximo a cada personaje y sabe darles su momento para mostrarse tal cual son, con sus defectos y virtudes.
Grandes actuaciones
Cada personaje nos muestra un perfil que nos hace reflexionar sobre las formas en que luchamos por alcanzar nuestras metas. En Hombres al agua veremos cómo personas tan diferentes dejarán de lado sus sueños individuales para trabajar en equipo y participar en un campeonato de nado sincronizado a nivel internacional. Conoceremos a Thierry (Phillipe Katerine), Amanda (Leila Bekthi) , Delphine (Virgin Efira), Laurent (Guilame Canet), y Simon (Jean Huges-Anglade), entre otros, quienes en conjunto nos brindarán una comedia con sobresaliente manufactura.
Una producción impecable
El diseño de producción no se exige mucho pero con sólo una locación nos hace entender que la apuesta está en el guión y el poder de la historia sobre el espectador. La fotografía toma poder especialmente en el último cuarto de la película al regalarnos bellísimas postales de las coreografías durante el concurso internacional. El soundtrack nos lleva a la época de los
70 y luego nos ataca con un contraste ochentero, demostrándonos que hay un toque hollywoodense de nostalgia, pero que no está mal ejecutado.
Para finalizar, a pesar de que Hombres al Agua está llena de clichés y se acerca en mensaje y trama a Trainspotting (Danny Boyle, 1996), la cinta de Lellouche sobresale y da un golpe de autoridad enseñándonos que el cine francés tiene grandes ideas que nos pueden dar un chapuzón de energía.