En los últimos años, John Cena ha emprendido una transformación notable en su carrera. De ser uno de los rostros más emblemáticos de la WWE, conocido por su fuerza física y actitud invencible, ha evolucionado hacia papeles que exploran la vulnerabilidad, la autocrítica y, sobre todo, el humor. Esta evolución alcanza un nuevo nivel en “Jefes de Estado”, la comedia de acción de Prime Video dirigida por Ilya Naishuller (Nadie), donde Cena interpreta a un actor convertido en presidente de los Estados Unidos.
“Interpreto a Will Deringer, el Presidente electo. Lo conoces durante una gira de buena voluntad en el Reino Unido. Es un actor convertido en presidente no muy calificado, pero lo compensa con pura pasión”, explicó Cena durante una rueda de prensa global en la que participó Fuera de Foco.
La cinta, coprotagonizada por Idris Elba y Priyanka Chopra, propone una mezcla entre comedia física, sátira política y acción desenfrenada. Pero más allá de las explosiones y las persecuciones, ofrece a Cena un lienzo perfecto para seguir desarmando la imagen del “tipo duro” con la que saltó a la fama.

John Cena quiere redefinir su imagen
Desde su participación en la serie Peacemaker, John Cena ha demostrado que la comedia es una herramienta poderosa para reinventarse. Pero mientras en la serie de James Gunn usaba el humor para esconder traumas y masculinidad tóxica, en Jefes de Estado se entrega por completo al ridículo y la autocrítica. Y lo hace con gusto.
“Me gustaría ser la broma de todo el filme y que el mundo ría conmigo. Y poder hacer otro. Me encanta eso”, confesó Cena, subrayando su prioridad actual: la risa por encima del heroísmo. Para el actor, ya no se trata de ser el más fuerte o el más temido. Se trata de conectar con la audiencia desde la honestidad y el absurdo.
“No necesito parecer duro —no es de eso de lo que trata esta película”, aseguró. Y es verdad. La mayoría de las escenas de acción en Jefes de Estado están diseñadas para fracasar: caídas incómodas, coreografías ridículas y reacciones torpes. “Mi personaje es un actor sin entrenamiento de combate, así que en las peleas, se supone que me equivoco mientras Idris, siendo ex Servicio Secreto, sabe lo que hace”, añadió.
Esa conciencia de sus limitaciones es parte esencial de su apuesta por una nueva forma de masculinidad en pantalla. Una que no gira en torno al control o la intimidación, sino a la risa, el aprendizaje y, sobre todo, la humanidad. “Creo que cuando eres honesto y vulnerable suficiente para poder reírte a ti mismo… mucha de la comedia en el filme es acción”, dijo Cena. Para él, los chistes no están en los diálogos, sino en los golpes, los tropiezos y las caras que pone cuando todo sale mal.
La comedia física, dice, es un lenguaje universal. “La comedia de acción es la lengua del mundo. Todo el mundo sabe cómo se siente cuando alguien le da un pato en la cara”, bromeó. Esa conexión instantánea con el público global es, para Cena, más valiosa que cualquier estatus de héroe. “Si yo soy un personaje duro en un filme que nadie mira, ¿dónde está el ganador?”, sentenció.
Y tiene razón. Cena ha aprendido que el poder real no está en verse imponente, sino en hacer reír a millones. Que la vulnerabilidad también puede ser una forma de fuerza.

El presidente que nadie pidió, pero era necesario
En Jefes de Estado, John Cena interpreta a un presidente optimista hasta la ingenuidad, desesperado por agradar y sin preparación para el cargo. Es un papel que, en otros contextos, podría haber sido objeto de burla. Pero en manos de Cena, se convierte en una oportunidad para explorar —y deconstruir— el mito del líder fuerte.
“Tengo características de personaje casi desesperadamente optimista, obstinado, que necesita ser adorado”, explicó Cena sobre su rol. Una descripción que, lejos de ser una crítica, se convierte en una invitación al espectador a abrazar esa torpeza emocional como algo genuino y entrañable.
Además, Cena se rodea de figuras que también rompen estereotipos. Priyanka Chopra, por ejemplo, interpreta a una agente del Servicio Secreto “que tradicionalmente sería un papel masculino”, y que lidera las escenas de acción con determinación. “Este filme fue predominantemente hecho por hombres feministas, pero todos sabían que el músculo en el filme sería una mujer”, dijo Chopra, en lo que también puede leerse como una extensión del esfuerzo del filme por redefinir las jerarquías tradicionales.
Para Cena, rodearse de profesionales como Idris Elba y Priyanka Chopra, bajo la dirección precisa de Ilya Naishuller, ha sido una escuela de actuación. “No tengo formación formal, así que trabajar con estos profesionales es como recibir una clase magistral diaria”, reconoció con humildad.
Pero quizás la lección más valiosa que ha aprendido es que el humor no solo entretiene, también transforma. Y que reírse de uno mismo puede ser el acto más valiente y masculino de todos.
