Hay películas que no solo buscan contar una historia, sino también llenar los vacíos que el tiempo, el dolor y la ausencia dejan en la vida de sus protagonistas.
Say Goodbye, la ópera prima de Paloma López Carrillo, es una de ellas. La cinta, que recibió una Mención Especial del Jurado en FICUNAM, se sumerge con una sensibilidad punzante en la intimidad de una familia fracturada.
Y representa el salto de López Carrillo de la sala de edición a tomar la batuta de directora, un trayecto que, como ella misma comparte, ha sido tan introspectivo como el filme que ha creado.
En Fuera de Foco, tuvimos la oportunidad de hablar con Paloma López Carrillo sobre el proceso para crear Say Goodbye.

Say Goodbye: ¿Por qué es tan importante?
“Desde hace años he estado dándole forma a películas muy diferentes, y es un proceso muy interesante darle forma a una película ”, comentó la cineasta, conocida por su trabajo como editora en cintas como La jaula de oro, y Pastorela. “Pero había algo que me pedía contar esta historia en mis propios términos. No podía delegarla y había estructuras claras que quería seguir”.
Say Goodbye no es un documental cualquiera. Es una pieza profundamente personal que explora la vida de una familia marcada por la desaparición de la madre, una ausencia que se vuelve presencia constante, eco emocional y vacío imposible de llenar.
A través de una narración íntima, pausada y cuidadosamente editada —como no podía ser de otra forma, considerando el oficio de su directora—, la cinta construye un retrato dolorosamente honesto sobre lo que significa crecer en medio de silencios que pesan más que las palabras.
“El cine tiene una capacidad única para hacer visible lo invisible”, reflexiona López Carrillo.
“Y con Say Goodbye, quería mostrar no solo lo que pasó, sino cómo eso se manifiesta en los cuerpos, en las dinámicas familiares, en la forma en la que uno mira o no mira al otro. Para mí, el proceso fue muy terapéutico”.
Paloma López Carrillo, Fuera de Foco
La cámara de Say Goodbye observa con respeto, se detiene en los gestos mínimos, y se aleja de todo artificio. Es una película contemplativa, en donde el lenguaje cinematográfico se convierte en un vehículo de duelo y de sanación.
Según López Carrillo, el hecho de venir de la edición le dio herramientas únicas para trabajar con el ritmo interno de la película.

El poder de una buena edición
“Editar es un acto muy emocional. Tienes que sentir cuándo cortar, cuándo respirar, cuándo dejar que una imagen hable por sí sola”, explica.
“Dirigir esta película fue aplicar ese mismo instinto, pero desde el primer momento, desde la concepción de cada escena. Fue como editar en tiempo real, pero con emociones que eran mucho más cercanas”.
Paloma López Carrillo, Fuera de Foco
Uno de los elementos más comentados por la crítica tras su paso por FICUNAM es la honestidad emocional de la película.
No hay dramatismo artificial ni sobreexplicación. Todo se construye desde la observación y la memoria. La directora asegura que trabajar con su propia familia fue un desafío tanto ético como emocional.
“Hay momentos muy vulnerables en la película, y antes de filmar cualquier cosa tuve largas conversaciones con mi familia.
La cámara, cuando está en manos de alguien que te conoce, puede ser muy violenta si no se maneja con cuidado. Por eso fue tan importante crear acuerdos muy claros, y revisar juntos el material en cada etapa del proceso”.
Paloma López Carrillo, Fuera de Foco
Say Goodbye no solo funcionó como un puente entre generaciones dentro de su familia, sino también como una exploración del legado femenino y de los silencios que, históricamente, han marcado a muchas mujeres
“La figura ausente de la madre está en el centro, sí, pero también están todas las mujeres que vienen después, intentando entenderse a través de ella”, dice López Carrillo.
Say Goodbye forma parte de una nueva ola de cine documental mexicano que apuesta por la intimidad, la reflexión y la honestidad narrativa.
Su paso por FICUNAM confirma el interés de los festivales por estas voces autorales que no temen mirar hacia adentro. Para López Carrillo, este es apenas el inicio de un nuevo capítulo en su carrera.
“Pasar de la edición a la dirección fue un salto de fe, pero también una afirmación muy fuerte”, concluye. “Por primera vez pude contar algo desde mi mirada, sin filtros. Y aunque fue doloroso en muchos sentidos, también fue liberador. Es un proceso que quiero seguir explorando”.
Con Say Goodbye, Paloma López Carrillo no solo rinde homenaje a lo que se ha perdido, sino también a lo que puede nacer del silencio: una mirada propia, una voz que encuentra su camino, y un cine que no teme mostrarse frágil.
