A una década de su estreno original, Guten Tag, Ramón regresa a las salas de cine con una vigencia sorprendente.
La conmovedora historia de un joven mexicano (Kristyan Ferrer) que busca una nueva vida en Alemania ya se convirtió en un referente del cine nacional con alcance internacional.
Para entender qué ha hecho que esta película trascienda en el tiempo, conversamos con su director, Jorge Ramírez-Suárez, y los actores Adriana Barraza y Kristyan Ferrer, quienes compartieron su visión sobre el impacto duradero del filme.
Desde su lanzamiento en 2013, la cinta ha resonado profundamente con el público, no solo por su historia de esperanza y resiliencia, sino por la humanidad que desprenden sus personajes.
La Universalidad eterna de Guten Tag Ramón
«La película sigue conectando porque toca temas universales como la migración, la amistad y la empatía», afirma Ramírez-Suárez. «El mundo ha cambiado en estos diez años, pero la necesidad de entendernos y apoyarnos sigue siendo la misma».
Adriana Barraza, quien interpreta a Ezperanza, destaca el profundo lazo emocional que la historia crea con la audiencia. «Cada vez que alguien me dice que lloró viendo la película, sé que hicimos algo especial. Nos recuerda lo que significa ser extranjero, estar solo y encontrar una familia en lugares inesperados».
Para Barraza, la clave de la trascendencia de Guten Tag, Ramón radica en su honestidad y sensibilidad: «No romantiza la migración, pero sí muestra la luz que puede encontrarse en los momentos más oscuros».
Por su parte, Kristyan Ferrer, quien dio vida a Ramón, reflexiona sobre cómo el papel cambió su vida y lo sigue acompañando hasta hoy.
«Interpretar a Ramón fue un viaje emocional muy fuerte. Es un personaje con mucha nobleza, que representa a tantos migrantes que buscan una oportunidad. La gente sigue viendo la película porque se ven reflejados en él, en sus sueños y en sus dificultades».
Kristyan Ferrer, Fuera de Foco
Una cinta que no se había visto antes
Uno de los aspectos más innovadores del filme es su representación de la migración desde una perspectiva poco explorada: un mexicano que viaja a Alemania en busca de oportunidades. «Usualmente vemos historias de latinos en Estados Unidos, pero hay millones de migrantes en otros países y sus experiencias son igual de válidas», explica Ramírez-Suárez.
«Eso hace que Guten Tag, Ramón sea especial: es una historia de choque cultural, pero también de adaptación y solidaridad».
Más allá de su impacto narrativo, el filme también tuvo una recepción extraordinaria en taquilla y festivales de cine. «Nunca imaginamos la magnitud del impacto», comenta Ferrer. «La gente en Alemania nos recibió con los brazos abiertos, se identificaron con la historia de la señora Ruth y la relación que crea con Ramón».
Para Barraza, la película también ofrece un recordatorio importante sobre la calidez humana en tiempos de crisis.
«En un mundo donde las fronteras parecen dividirnos cada vez más, historias como la de Ramón nos muestran que la solidaridad y la bondad pueden salvarnos.
Hay una escena en particular, cuando Ramón se encuentra en su momento más vulnerable y recibe ayuda de una persona inesperada, que sigue conmoviendo a la audiencia hasta el día de hoy».
¿Por qué la película no envejece?
A nivel técnico, Guten Tag, Ramón también fue una apuesta ambiciosa para el cine mexicano, filmada en locaciones reales en Alemania y con una producción que cuidó cada detalle.
«Nos esforzamos por hacer una película que se sintiera auténtica, sin caer en estereotipos. La manera en la que capturamos la cultura alemana desde la perspectiva de un joven mexicano fue clave para que la historia resultara creíble», explica el director.
Kristyan Ferrer añade que la experiencia de filmar en Alemania fue un desafío que lo marcó profundamente como actor. «»Hubo días en los que realmente sentía la soledad y el frío de Ramón. Fue un rodaje que me exigió mucho emocionalmente«.
Ramírez-Suárez concluye que el regreso de la película a los cines no solo es un homenaje a su éxito, sino también una oportunidad para que nuevas generaciones la descubran.
«Espero que quienes la vean por primera vez encuentren en ella un mensaje de esperanza. Y para quienes ya la conocen, que la vuelvan a sentir como la primera vez» comentó.
En tiempos donde el mundo enfrenta desafíos migratorios cada vez más complejos, Guten Tag, Ramón sigue siendo un recordatorio del poder de la bondad y la resiliencia.
Con este reestreno, la historia de Ramón vuelve a cobrar vida, demostrando que el cine, cuando toca el corazón, no tiene fecha de caducidad.
