La Ciudad de México, conocida por su bullicio incesante y la multitud de personas que recorren sus calles, parece ser un lugar donde la soledad debería ser un sentimiento ajeno. Sin embargo, lluvinos invita a cuestionar esta aparente contradicción al sumergirnos en las vidas de personajes que, en medio de la congestión urbana, buscan encontrar su lugar en un espacio que parece indiferente a sus luchas interiores.
Durante una entrevista con el director Rodrigo García Sainz y los actores Martha Claudia Moreno y Mauricio Isaac, compartieron cómo capturó la Lluvia esencia de la ciudad de una manera única, mostrando que la soledad no solo es un hecho físico, sino también emocional.
Lluvia y la forma en la que representa la Ciudad.
“Creo que algo que comparte la Ciudad de México con otras ciudades del mundo es que, ante el caos constante, uno paradójicamente se siente más aislado y perdido” nos comentó el director. Los personajes de Lluvia reflejan este sentimiento, especialmente al estar atrapados en sus propios duelos y procesos de sanación, sin un punto claro hacia donde dirigir sus vidas.
Al respecto, Mauricio Isaac, que interpreta a un personaje con una dura crisis en su relación y con un hijo enfermo, destacó cómo la lluvia, que es la columna vertebral dela película, “actúa como un símbolo de esta tristeza melancólica que se cruza con la belleza de la ciudad, intensificando la sensación de abandono y aislamiento”
Por otro lado, los actores coinciden en que sus personajes están en constante búsqueda de algo que les dé sentido. Lluvia presenta historias aparentemente individuales y autoconclusivas, pero en palabras de Martha Claudia Moreno: “La Ciudad y la lluvia también son personajes porque son el hilo que une todas y cada una de las historias que se presentan en la película. Y es que, cuando llueve, hay pequeños momentos de reflexión al estar encerrada esperando que pase. ¿Hay posibilidad de sanar nuestras heridas? ¿Cómo seguimos adelante después de todo lo que nos pasa en cuatro paredes? (la Ciudad) es un lugar tan vasto y complejo que ofrece pocas respuestas, pero que invita a sus habitantes a confrontar su soledad y a buscar formas de conectarse con los demás”.
Uno de los aspectos más fascinantes de Lluvia es cómo logra retratar los pequeños giros en la vida de los personajes de manera tan sutil y poderosa. El personaje de Arcelia Ramírez, una maestra, logra una conexión interesante con un ex-alumno que no logró cubrir las expectativas ni escapar de su realidad. “A mi me interesaba mucho construir toda una historia de los personajes que no se viera en la película, pero que les pesara y los definiera” nos explicó el director.
“Fue un trabajo muy colaborativo porque lo que yo buscaba era entender de dónde podían venir estos personajes y presentarlos con un bagaje desde el principio. Así, cuando te topas con historias como las del personaje que viene de Japón, o como el encuentro fortuito en la camioneta de alguien con su bully, se siente eso más allá.
¿Cómo puedes ser amable o conectar con la gente cuando llevas tantos años cargando en silencio tantas cosas? Eso era lo que más me interesaba de la historia”.
Rodrigo García Saínz, Fuera de Foco
Así, LLuvia no solo reflexiona sobre las decisiones que toman sus personajes, sino también sobre cómo la simple voluntad de ser amable, de acercarse a un extraño o de ofrecer una palabra de consuelo, puede generar un cambio significativo. Esta trama no necesariamente trata de una transformación total o heroica, sino más bien de los pequeños y a menudo invisibles actos de humanidad que pueden ocurrir en el curso de la vida cotidiana. En un espacio tan grande y, a veces, despersonalizado como la Ciudad de México, Lluvia pone en primer plano cómo las relaciones humanas pueden surgir de lo más inesperado, desafiando la idea de que la soledad es inevitable en un lugar tan colmado de gente.
Lluvia: Una ópera prima única
Según García Sainz, la flexibilidad fue clave para que los momentos más genuinos emergieran de manera orgánica, reflejando no solo la naturaleza impredecible de la vida misma, sino también la vulnerabilidad de los personajes. La pérdida, el sufrimiento y el intento de sanar se convierten en temas universales que resuenan en los espectadores, permitiéndoles identificarse con la lucha interior de los personajes. “Siempre hubo un proceso de mucha retroalimentación, de poder proponer y ver cómo se desarrollaban los temas” comentó Martha Claudia.
En Lluvia, la soledad no se presenta como un estado individual, sino como una experiencia compartida. Aunque los personajes atraviesan sus propios traumas, al final, la película deja claro que todos somos, de alguna manera, parte de esta gran ciudad solitaria. Esta conexión entre los personajes se materializa en los momentos de silencio y contemplación, en los cuales la ciudad se convierte en un reflejo de las emociones internas de cada uno.
“También creo que fue una oportunidad para celebrar la vida cotidiana de la ciudad, sin caer en los lugares comunes. Tampoco se limita a presentar una visión sombría de la ciudad, sino que también abre un espacio para la reflexión sobre cómo, en medio del caos y la desolación, es posible encontrar momentos de ternura y empatía.
Mauricio Isaac, Fuera de Foco
Lluvia es una película que explora la soledad urbana de manera profunda y conmovedora. Al centrarse en los pequeños gestos humanos y en las relaciones que surgen en los momentos más inesperados, la película revela que, a pesar del ruido y el movimiento constante de la Ciudad de México, la verdadera conexión humana a menudo se encuentra en los espacios más silenciosos y solitarios. A través de sus personajes complejos y una dirección que permite la improvisación y la sorpresa, Lluvia invita al espectador a reflexionar sobre la capacidad de la ciudad para ofrecer tanto aislamiento como oportunidades para encontrar una conexión, aunque sea inesperada.
