En un mundo cinematográfico lleno de historias de lucha y resistencia, Sujo se alza como una película profundamente conmovedora que apuesta por mirar con un lente diferente la violencia que se vive en México. Dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez, esta obra no solo es la elegida para representar a México en los Oscars, también es una reflexión sobre la violencia, el sufrimiento, y, sobre todo, sobre la esperanza.
La historia de Sujo, un joven hijo de un peligroso sicario que transita el mundo con la esperanza de ser diferente a su padre, es una historia sumamente conmovedora que desafía las nociones que podemos llegar a tener sobre cómo tratar este tipo de temáticas en el arte.
En Fuera de Foco, tuvimos la oportunidad de platicar con Astrid Rondero, Fernanda Valadez, sobre la importancia de tener convicción para crear historias que resuenen con la realidad, pero desde una perspectiva completamente diferente.
Sujo: La convicción de protestar con empatía
Sujo no es una historia fácil. Aunque el protagonista, interpretado por Juan Jesús Varela, se enfrenta a un contexto adverso lleno de violencia, esta no es una película de denuncia convencional. El personaje oscila constantemente entre querer separarse de la realidad de su padre o aceptar su destino. Y constantemente nos hace preguntarnos: ¿somos las condiciones en las que nacemos o podemos ir construyendo una identidad propia con el paso de los años?
Sujo no tiene respuestas sencillas, pues conforme crece, el protagonista se aleja y se acerca del oficio de su padre, mientras ve cómo otros personajes, como Jeremy (Jhon Jairo Hernández) son consumidos por la violencia.
Según las directoras, esta es “una película de esperanza”, donde no solamente buscan concientizar y mostrar una cara de México, sino también hacer que la gente entienda y empatice con problemáticas tan profundas, como lo es crecer en medio de una violencia incontrolable.
«El cine nos permite ponernos en los zapatos de otro, entender contextos que a veces parecen imposibles de comprender. El viaje de Sujo es, sin duda, un reflejo de esta idea. Su lucha no es solo por sobrevivir, sino por encontrar una chispa de esperanza en un entorno donde todo parece sombrío.
Lo que nos motivó a contar esta historia es la necesidad de encontrar una respuesta a la pregunta de si es posible, más allá de la violencia y el horror, encontrar algo de luz.»
Astrid Rondero, Fuera de Foco
En este sentido, Sujo es una invitación a reflexionar sobre la capacidad humana de encontrar belleza incluso en las circunstancias más adversas.
La Magia Universal de Sujo
Para Fernanda Valadez, ya considera un éxito que, desde su presentación en el festival de Sundance, “se han acercado a mi personas con lágrimas en los ojos, emocionadas y consternadas, con ganas de discutir, de debatir. Ver como conecta con audiencias de todo el mundo es algo muy poderoso para nosotras como creadoras”.
Parte de la historia de Sujo habla también sobre la docencia. Y es que, en medio de su camino, el protagonista se encuentra con la posibilidad de estudiar en la UNAM y alejarse por completo de su entorno familiar. Esto resulta ser más complicado de lo que parece, pero el ver la educación como una forma de escape es algo que aumenta el nivel de reflexión de la película.
“Para nosotras es muy importante poder contar una historia que refleje la diversidad sexual, de género, socioeconómica que se vive en el país” nos explicó Fernanda Valadez. “Creo que esta visión es algo que llevamos siempre a todas las producciones y no es negociable. Nos movemos con la convicción de que la empatía y el buscar la luz en medio de la oscuridad son temáticas importantísimas que se tienen que ver en la pantalla”.
De acuerdo con Astrid Rondero, le gusta la idea de que Sujo “se convierta en la muestra de que la esperanza y la empatía también son actos de resistencia contra un sistema que parece no dar tregua” asegurando que, el no quitar el ojo de las problemáticas que enfrenta día a día México, “no quiere decir que no haya belleza, que los seres humanos no tengamos la capacidad para amar y que un individuo no pueda cambiar su condición”.
Sujo es una película con muchas capas de lectura, pero que a través de una historia conmovedora, se erige como una cinta que invita a pensar de formas distintas como entendemos la violencia, cómo hablamos de ella, y cómo viven las personas que nacen y crecen en entornos tan complicados.