“Tan pronto como leí el guion, supe que tenía que hacer esta película” le comentó a Fuera de Foco el director John Crowley, quien está al frente de El Tiempo Que Tenemos (We Live in Time), la esperada cinta dramática protagonizada por Florence Pugh y Andrew Garfield.
La historia se centra en la relación de Tobias y Almut. Contada de manera no lineal y oscilando entre los momentos más importantes de su relación, somos testigos de cómo van aceptando el hecho de que ella atraviesa un agresivo cáncer que probablemente acabará con su vida, a pesar de que acaba de formar una familia.
Para Fuera de Foco, John Crowley nos comentó su filosofía para lograr una adaptación que pudiera contar una historia conmovedora y diferente.
El Tiempo Que Tenemos y su ambiciosa filmación
Aunque El Tiempo Que Tenemos tiene como objetivo centrarse en la evolución de sus protagonistas, Crowley confesó que la filmación fue sumamente especial, ya que muchas de las escenas, como la escena en donde Almut finalmente debe raparse la cabeza, “se filmaron como si fueran stunts”.
“Tuvimos muchas cámaras alrededor de esa escena. Era muy dura y queríamos de verdad capturar esa conmoción” explicó el cineasta, quien confesó también que hubo retos logísticos. “Como la cinta está llena de cuadros cercanos, la ropa y el estilo también tienen este sentimiento de modestia, así que tuvimos que organizar todo para que se mantuviera el tono, pero las cámaras pudieran capturar la intensidad del momento”.
Para él, lo más importante es que “la película pudiera transmitir esos sentimientos contradictorios que nacen de estar frente a la muerte o de tener que enfrentar algo tan imprevisto como una enfermedad”.
Crowley explicó que, con el uso de cámaras dinámicas que les ayudaron a crear atmósferas rápidas y a tener varios respaldos, “pudieron de verdad hacer una historia que se sintiera devastadora e impactante” pues quería que la audiencia “de verdad sintiera la devastación de la cotidianidad”.
El Tiempo Que Tenemos es conmovedora gracias a la química que impregnan Florence Pugh y Andrew Garfield, pero son los pequeños giros argumentales, como la forma en la que Almut da a luz a su hija y su decisión de entrar a la competencia de cocina, lo que buscaba el director era poder expresar cómo la vida está llena de imprevistos.
“Desafortunadamente, en mi vida, la enfermedad y el duelo han estado muy presentes. Así que (El Tiempo Que Tenemos) fue un proceso un poco duro.
No quería sólo mostrar los momentos más tristes, o hacer una película cuyo objetivo era hacer sentir triste a la audiencia, quería de verdad capturar esa sensación de normalidad que impera aún en este tipo de situaciones que consideramos extraordinarias”.
John Crowley, Fuera de Foco
El Tiempo Que Tenemos busca contar una historia universal
El amor, la resignación, festejar la vida a pesar del caos alrededor son temas que están muy presentes en El Tiempo Que Tenemos. Y aunque es una historia sencilla, al grado en el que la audiencia puede llegar a pensar que sabe cómo terminará, su desarrollo y evolución es tan conmovedor que logran hacer que las personas conecten con la historia en varios niveles.
Pero para el director, el secreto de El Tiempo Que Tenemos “está totalmente en la atmósfera” pues explicó que estaba muy comprometido con hacer que “la cinta se sintiera íntima, por eso grabamos muchas cosas en lugares cerrados, dentro de la casa, con luces tenues. Era muy importante para mi crear un ambiente que se sintiera hogareño, normal”.
Por esa razón, filmar en Londres también fue importante para la producción. “No queríamos sobre-dramatizar Londres, pero tampoco queríamos que se viera como este lugar oscuro, como suele verse. Queríamos que el lugar donde se desarrolla la historia también tuviera colores y matices, que representara la naturalidad del paso del tiempo y de los personajes”
El aire de normalidad que brinda El Tiempo Que Tenemos da como resultado una historia cautivadora, con giros inesperados que apelan más a los sentimientos de la audiencia, quienes seguramente se quedarán pensando sobre cómo aprovechar mejor el tiempo que tienen en las manos, la manera en la que quieren ser recordados y la incertidumbre de la vida.