La Cocina es probablemente la obra más grande de Alonso Ruizpalacios. Esta cinta es una de las favoritas para ganar en la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), y es que, con una impecable fotografía y edición, la historia pretende también explorar los recovecos que hay alrededor de la migración y la relación de Estados Unidos y México a través de su clase trabajadora.
Adaptación de una obra creada por Arnold Wesker, que el mismo Ruizpalacios adaptó varias veces en teatro, la historia se centra en las entrañas de la cocina de The Grill, un exitoso restaurante estadounidense, y las vicisitudes que deben enfrentar el equipo de cocineros y meseras durante su día a día.
El equipo, conformado por migrantes de diferentes países, tiene una tensa relación que depende por completo de mantener en orden el restaurante y que todo salga bien. Pero de ellos, destaca Pedro Ruíz (Raúl Briones), un migrante mexicano que lleva varios años trabajando ahí y que espera pronto conseguir sus papeles para trabajar de manera legal en Estados Unidos.
En el marco del FICM, Ruizpalacios habló sobre sus objetivos para crear La Cocina y cómo logró hacer una de las cintas más interesantes del año.
La Cocina quiere deconstruir el sueño americano
“Quería que el plano secuencia se sintiera como un documental de guerra y que la cámara fuera reactiva” confesó Alonso Ruizpalacios en conferencia de prensa del FICM. La escena a la que se refiere es un intenso y muy ambicioso momento en donde se captura lo que vive el equipo de cocineros/as durante la hora pico del restaurante, y que también demuestra la frustración que deben soportar todos los días.
La escena está diseñada para que conozcamos cómo, a pesar de tener problemas y tensiones personales, todo el mundo debe trabajar en su lugar para que las cosas salgan bien. Y en medio de querellas e insultos, Pedro se las ingenia para hacer el momento cada vez más incómodo.
Como un aura impositiva y pesada, que genera tensión entre todos sus compañeros, Raúl Briones interpreta a un hombre que sueña con tener su papeles y una vida acomodada en Estados Unidos. Aunque lleva ya 7 años siendo un inmigrante ilegal, realmente sigue enganchado al “sueño americano” que le vendió que arriesgando su vida y alejándose de su hogar le daría una vida mejor.
Por eso, es fácil para Pedro ignorar las preocupaciones de Julia (Rooney Mara), una mesera que tiene una complicada relación con su compañero, pues juntos se debaten si deben tener o no al bebé que están esperando.
Según Ruizpalacios, “Rooney Mara fue el gancho económico de la película” ya que su participación fue clave para poder obtener el financiamiento necesario para realizar La Cocina. “Pero también queríamos buscar una estrella de Hollywood porque así ve Pedro a Julia: asocia su color de piel blanca y su cabello rubio con una estrella, parte del sueño que quiere alcanzar”.
Julia es rubia, pero no deja de ser una mesera clasemediera que tampoco tiene prestaciones y conforme avanza la película, se van revelando detalles de su vida que son completamente desconocidos para Pedro, quien solamente busca alcanzar una idea que no existe.
“Más allá de la frase de “amor a primera visa” de la película, en La Cocina queríamos explorar cómo romantizar al gringo simplemente por serlo. Julia es rubia, pero es una trabajadora cualquiera igual que Pedro, y sin embargo, para él, es alguien inalcanzable, y si se queda con ella, se sentiría como si estuviera dentro de una película”.
Alonso Ruizpalacios, FICM 2024
La Cocina es un retrato de la sociedad Capitalista
Entre el caos de preparar la comida, las tensiones de sus compañeros y la creciente crisis de Pedro, hay algo que nunca se termina: las comandas que reciben de los comensales que van a The Grill.
Esto, según Ruizpalacios, sí es una forma de “hablar sobre el ritmo del capital y las condiciones laborales que se viven no sólo en Estados Unidos, en el mundo entero”. La personalidad, la compasión, la paz individual, el tiempo de ocio son lujos que las personas de clase media baja no pueden darse, y La Cocina explora las tensiones que esto deja a nivel emocional y psicológico en sus protagonistas.
Raúl Briones confesó durante el estreno de la cinta en el FICM que él ya había trabajado mucho esta historia con Ruizpalacios en teatro, en donde le ha tocado ser el vagabundo que pide de comer y el dueño del restaurante. “Siempre competí por el papel de Pedro, pero me di cuenta que me hacían falta herramientas para interpretarlo. Creo que después de encarnar a los dos extremos del sistema, ahora en cine pude representar por fin al revolucionario”.
“Pedro es una persona muy compleja: es egoísta, es molesto y frustrante. Pero creo que las luchas revolucionarias siempre vienen acompañadas por el ego.
Pedro, con todo lo que hace, logra algo que es muy significativo: para el sistema, aunque sea por un momento, todos tienen una pausa porque hace que el mundo se detenga”.
Raúl Briones, FICM 2024
Rumbo al final de La Cocina,, algo queda claro: no importa realmente los límites a los que esté dispuesto a luchar una persona, o lo que logre en un momento determinado, el sistema seguirá ahí. Y por eso, esta cinta fue una de las más interesantes que se presentaron en el festival de morelia.