Violentas Mariposas, cinta que se presentó en el marco del Festival Internacional de Morelia, es una propuesta que no se ve mucho en el cine en México. Dirigida por Adolfo Dávila, la historia sigue a dos jóvenes: un grafitero y una estudiante de derecho que, además de compartir un profundo gusto por el punk, su relación se teje a base de las frustraciones que sienten dadas las injusticias y abusos del sistema jurídico y policial mexicano.
Con un estilo estrambótico pero cuyo drama resuena mucho por la dura temática que presenta, Violentas Mariposas encuentra un gran balance entre contar una historia de amor y esperanza, sin perder de vista lo que busca criticar. Y en Fuera de Foco, tuvimos la oportunidad de platicar con su director sobre su filosofía y la visión que quería transmitir con su película.
Violentas Mariposas busca rescatar el punk en México
Aunque el punk es asociado más con la contracultura de Gran Bretaña en la década de los 70 y 80, el género permeó profundamente en varios grupos de México, y a través de su particular estética, pero influido por las experiencias de lugares como Ecatepec, se volvió un movimiento que sí buscaba ser una forma de mostrar descontento social.
Adolfo Dávila, prolífico director con una amplia carrera en videos musicales, supo extrapolar esta estética dentro de su historia, presentando un retrato de la sociedad que se siente atemporal, mientras se concentra en los dilemas de sus personajes. “No son punks estereotípicos, para mi lo más importante era capturar la idea de que el punk es una actitud, una postura ante la vida”.
Con esa idea en mente, construyó al personaje de Viktor (Alejandro Porter), un joven que vive en los márgenes de la ciudad y cuyo padre, un periodista desaparecido, le dejó muchas ganas de aprender y cambiar el sistema, lo que aumenta su frustración cuando se da cuenta de que la realidad siempre intentará sobajar el tener ideas.
“La idea es hablar de la carencia de justicia, falta de posibilidades de que eso cambie en el país, pero con una estética accesible que fuera atractivo para los/as jóvenes de hoy” nos comentó Adolfo Dávila, quien asegura que buscaba hacer una película que retratara a una juventud que sí está buscando un cambio, pero sin recurrir necesariamente al drama trágico que se usa en estas historias.
Contrario a Viktor, Eva (Diana Laura Di), tiene una plataforma de privilegio más grande y eso la lleva a creer más en la justicia y el sistema de leyes, pero conforme avanza el metraje, su inocencia constantemente se pone a prueba, especialmente conforme se enfrenta a la cruda realidad que enfrenta la ciudad.
“Violentas Mariposas es una película que se hizo para modificar la percepción de que el cine ha retratado a jóvenes alternativos como marihuanos, quedados por ahí, pero nunca rebeldes con una propuesta.
Ambos tienen orígenes pensantes, creen que pueden cambiar el mundo, y de cierta manera eso también ayuda a construir una historia de amor”.
Adolfo Dávila, Fuera de Foco
Violentas Mariposas: ¿Creer o no en la justicia?
“Creer o no en la justicia? Como mexicanos, nunca la hemos visto. Ambos ingenuos al fin, empieza a cuestionar cómo ella cree en poner justicia en las manos de la gente” nos contó Adolfo Dávila, quien asegura que también su interés era “que dos jóvenes se enamoraran a raíz de la filosofía, de sus intereses, del choque cultural y mental que experimentan, porque ambos tienen dos visiones distintas de una pregunta específica: ¿la justicia existe o no?”.
Violentas Mariposas toma mucha inspiración de el estilo de cómics, “la planeamos como si fuera una nóvela de dibujos en el storyboard, queríamos que Viktor y Eva tuvieran un estilo particular, que se movieran en una estética particular, que la ciudad se sintiera como un espacio particular”.
Adolfo Dávila también asegura que cintas como estas se asemejan al cine francés, “porque está basada en factores de la realidad, pero en un proceso ficticio. Esto lo hace de repente complicado, pero que también nos da la libertad de explorar temas más intensos”.
Violentas Mariposas es una atrapante película que busca plantear preguntas en los/as jóvenes, pero celebrando una estética disidente pop que festeje también la contracultura que está presente en México, pero que pocas veces se utiliza de esta manera en el cine.
