En este artículo:
- Emilia Pérez, una de las películas más controversiales del año, se estrenó en el Festival Internacional de Morelia (FICM) y causó conmoción.
- Aunque toma como base un retrato superficial de México, el elenco nos explicó las ideas detrás del proyecto y lo que buscaban contar en realidad.
- El resultado es una experiencia incómoda pero adictiva que definitiva se tiene que vivir, sin importar si eres parte de la sociedad en México o no.
Emilia Pérez fue concebida como una película que busca retar al espectador. El director, Jacques Audiard, confesó en el marco del Festival Internacional de Morelia que él, al igual que todo el mundo, sólo conoce lo que se dice sobre la violencia y el narco en México a través de los noticieros y algunos detalles que se escuchan por ahí.
Y aunque en conferencia de prensa Audiard dijo que “él no quiere olvidar el tema de la violencia en México, o el tema de los desaparecidos” Emilia Pérez no es un retrato fidedigno de México, sino más una historia ficticia que utiliza superficialmente estos temas para explorar los extremos a los que están dispuestos a llegar sus personajes para alcanzar la libertad.
Emilia Pérez sigue al narcotraficante Manitas del Monte (Karla Sofía Gascón) que contrata a Rita (Zoé Saldana), una abogada dedicada a salvar a personas que son culpables de crímenes atroces, para que la ayude a desaparecer de la faz de la tierra y hacerse una cirugía de cambio de género.
¿Por qué usar temas tan sensibles como el narcotráfico, las desapariciones forzadas o la violencia en México para contar esta historia? Fuera de Foco platicó con el director, la protagonista Karla Sofía Gascón y la diseñadora de vestuario Virginie Montel.
Emilia Pérez celebra a México, pero no busca entenderlo
“Creo que uno de los testamentos más hermosos de Emilia Pérez es que es una película francesa que tiene como centro a México y los mexicanos” sentenció Karla Sofía Gascón durante nuestra plática con Fuera de Foco. Este es uno de los aspectos más retadores y controversiales de la cinta, situación que, según confesaron tanto Audiard como Gascón, “sí les preocupaba cómo sería recibida por el público mexicano”.
Y es que Emilia Pérez no hace un retrato fidedigno de México ni de sus problemáticas. El formato musical le permite jugar con la fantasía y vemos escenas como que una persona tiene una impresora en una taquería, y los icónicos sonidos de la CDMX son usados como remix en sus canciones, pero Zoé Saldana tiene un marcado acento dominicano, Selena Gómez habla con fuerte acento estadounidense. De cierta manera, hasta ahí llega el “homenaje” o “representación” de México.
¿Esto es insensible? A veces, especialmente cuando Emilia Pérez se convierte en una especie de “altruista” que utiliza los mismos recursos que usaba en su emporio criminal para encontrar a personas desaparecidas. Pero es que, en realidad, la cinta no busca retratar, aleccionar ni comentar sobre México.
En su lugar, la película más bien es una exploración de cómo la identidad, las etiquetas, incluso temas que consideramos controversiales, sagrados o que se tienen que tratar con solemnidad, deben estar sujetos no sólo a cambio, sino a un fuerte escrutinio.
Y de acuerdo a lo que nos comentó Virginie Montel, para ella el punto de la historia es “la transformación”.
“La película habla sobre transformación. La más importante es la de Emilia, pero todos los personajes están cambiando, esa es la idea de la película. Tienes el derecho de tener una segunda vida, seas quien seas.
Y sí, nuestro viaje a México nos inspiró, pero como Emilia, es una mezcla de todos. Tal vez por eso tenemos tanta empatía, porque cualquiera se puede meter en la piel de esta película”.
Virginie Montel, Fuera de Foco
El director de Emilia Pérez buscaba romper barreras
Jacques Audiard confesó que no le interesaba mucho la precisión de los acentos o la cultura mexicana. Y la verdad, el resultado es una propuesta sumamente interesante que abre muchos debates, además de que la historia tiene muchos giros de tuerca que son muy inesperados.
Por ejemplo, Epifanía, el personaje de Adriana Paz (la única actriz mexicana del elenco), está resoluta a asesinar a su esposo ante la posibilidad de que siga con vida. Jessi (Selena Gomez), la esposa de Manitas que cree que falleció en un altercado violento, poco a poco va perdiendo la pasividad, especialmente cuando Emilia Pérez regresa a su vida, pero como “la prima perdida de su marido”.
También está el hecho de que Emilia por sí misma no deja de ser una mujer violenta, abusiva y egoísta, y aunque en su mente busca que su transición sea una vida nueva que la aleje de la violencia, su pasado violento y su puesto en la jerarquía de poder en una sociedad tan violenta como México la sigue definiendo como persona. Y Rita (Zoe Saldana), a pesar de sus sueños de grandeza, libertad y de hacer algo que impacte de manera positiva en el mundo, realmente nunca deja de ayudar a personas cuestionables.
Emilia Pérez pide mucha empatía, pide que entendamos que la vida es contradictoria y conflictiva. Y en ese sentido, sí es una propuesta que nunca se ha visto antes.
Y el director, aunque asegura que “hizo la película con un profundo cariño para México” está consciente que su película es muy controversial, y tuvo que esperar el momento para hacerla.
“No habría podido hacer Emilia Pérez hace 5 o 10 años. Creo que hay algo que fue oportuno, que apareció. Hubo fenómenos culturales a los que les quise dar relatos e imágenes.
Ese es el trabajo del cine: identificar cosas. Identificar, reconciliar, y luego invitar al debate”.
Jacques Audiard, Fuera de Foco
Emilia Pérez es una experiencia incómoda, pero muy atrapante y hasta adictiva. Y con un diseño de producción impecable, montajes musicales impresionantes y actuaciones subversivas y diferentes, definitivamente se entiende el por qué probablemente estará tan presente en la temporada de premios de 2025.
