En la nueva película de Yorgos Lanthimos, La Favorita, nos encontramos en el siglo XVIII, y la guerra entre Inglaterra y Francia aún no ha terminado. La soberana británica, la reina Anne (Olivia Colman) no tiene mucha idea de por qué están peleando, o si deberían seguir con el conflicto. Aunado a eso, su salud, tanto física como mental, no la hace la persona más apta para gobernar.
Pero la reina no está sola. Tiene a su lado a su mejor amiga, Lady Sarah (Rachel Weisz). Es ella quien la aconseja, o más bien quien la manipula, sobre cómo llevar el país. Además, también cumple con satisfacerla en la intimidad de su alcoba.
Su rutina se ve afectada el día que llega a la corte la joven Abigail (Emma Stone), prima de Sarah. Con un rostro inocente y modales dulces, Abigail se gana la confianza de la reina. Así empieza su plan para ascender en la jerarquía del palacio, lo que desatará la furia de su prima.
Y el Óscar es para…
Me sorprendería mucho que esta cinta no se llevara por lo menos una de las estatuillas a las que aspira. Empecemos hablando de las actuaciones.
Las tres protagonistas muestran su nivel actoral al llevar todo el peso de la historia con personajes muy bien desarrollados. El interés del espectador por saber qué pasará con ellas jamás decae.
Es raro ver estas actuaciones en una película de Yorgos Lanthimos, pues nos tenía acostumbrados a personajes, no indiferentes, pero sí mucho más fríos y con diálogos menos emocionales. Al menos en sus anteriores trabajos en inglés La langosta (2015) y El sacrificio del ciervo sagrado (2017).
Aquí, Colman es una reina patética pero frágil a la vez; Weisz nunca baja la guardia como una mujer dura aunque siempre leal; y Stone es la que tiene el cambio más interesante, pues empieza inocente pero termina como toda una manipuladora.
El guión no tiene los tintes surrealistas de los trabajos ya nombrados del director, ya que esta vez no fue escrito por él. Sin embargo, las acciones de los personajes, y sus leves toques de comedia negra siguen haciendo de ésta una película que destaca por no tener una historia convencional, ni un final que deje satisfecho a la mayoría.
Aunado a esto, la fotografía ayuda a crear diferentes atmósferas. Con el uso de un lente angular, vemos los detalles de un lugar amplio en tamaño, pero saturado de decoraciones o gente. Estas imágenes funcionan para influir en las sensaciones del espectador, o reflejar en pantalla las turbias conciencias de los personajes.
Favorita, pero no Perfecta
Conociendo el trabajo del director, no esperaba salir de la sala de cine con una sonrisa. Sin embargo, debo decir que el final no me dejó tan sorprendida. Me pareció confuso y hasta anticlimático. En general, La Favorita tiene un buen ritmo que engancha, pero que no logra mantener durante sus casi dos horas de duración.
No obstante, son todos sus valores de producción lo que la hacen una cinta imperdible, si se consideran amantes del cine que apuesta por propuestas diferentes.