- En noviembre de 2023 el político de extrema derecha, Javier Milei, asumió la presidencia de Argentina, quien desde que asumió el cargo, se ha destacado por imponer reformas y políticas estrictas alrededor de los subsidios del país, con el fin de solventar su aún vigente crisis.
- Entre sus más recientes reformas, se anunció que Argentina pretende eliminar el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, además de sus escuelas de cine y sus respectivos apoyos económicos al séptimo arte en el país.
- En respuesta, cineastas y artistas de todo el mundo —entre los que destacan Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñarritu, y Aki Kaurismäki— han formado la coalición Cine Argentino Unido, sumándose a las protestas en contra de la eliminación del INCAA y las escuelas ENERC.
El presidente de Argentina, Javier Milei, continúa implementando duras estrategias para recortar gastos, entre los que recientemente lanzó una reforma para eliminar el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales del país, así como sus escuelas.
La reforma, respuesta a la creciente híper inflación de Argentina, ha llevado a que más de 300 directores, productores, actores, críticos e integrantes de la industria fílmica alrededor del mundo, —liderados por Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Aki Kaurismäki y los hermanos Dardenne— se sumen a la coalición Cine Argentino Unido, la cual tiene por fin rescatar los subsidios para la industria del cine en Argentina.
¡Piden salvar al cine en Argentina!
La coalición Cine Argentino Unido ha reunido las firmas de más de 300 voces del cine internacional, liderados por Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Aki Kaurismäki y los hermanos Dardenne.
Sin embargo, en el primer comunicado en protesta a las acciones del presidente de Argentina, también figuran las firmas de Gael García Bernal, Diego Luna, Olivier Assayas, Kelly Reichardt, Kleber Mendonca Filho, JA Bayona, entre varias otras prominentes figuras de la comunidad del cine internacional.
En una declaración, el grupo Cine Argentino Unido señaló que el país ha construido una dinámica fílmica reconocida a nivel internacional, de manera que varias de sus producciones, subsidiadas por el INCAA, han figurado en los certámenes y festivales de cine más importantes del mundo.
“Argentina ha construido una industria cinematográfica vibrante, heterogénea y dinámica desde sus comienzos” destacaron, “Desde 1944, el país ha contado con instituciones encargadas de regular y promover la realización del cine utilizando los recursos generados a través de la misma industria”.
“Hoy, la industria cinematográfica argentina representa a decenas de miles de trabajos de calidad, además de entrenar profesionales que colaboran en co-producciones alrededor del mundo.
Año tras año, Argentina y su cine están presentes en los festivales de Cannes, Berlín, San Sebastián, Venecia, entre otros; presentándole al mundo nuestra perspectiva, historias e identidad”.
Coalición Cine Argentino Unido.
Asimismo, el comunicado destaca que de no ser por los apoyos, dicho reconocimiento jamás habría sido alcanzado: “Nada de esto habría sido posible sin las políticas públicas que promueven la cultura, y sin la Ley de Cine enfocada a financiar nuestras actividades”.
¿El cine en Argentina está en crisis?
Cine Argentino Unido también señaló que actualmente, la industria del cine en Argentina continúa creciendo de manera exponencial, siendo fuente de empleo para miles de personas, y representando un importante valor económico dentro del país al exportar contenido a diversas regiones fuera del país.
“El cine de Argentina es una industria exitosa que genera miles de empleos, exporta contenido y atrae inversión extranjera al país.” señaló el comunicado, donde también se señalaron las potenciales consecuencias negativas al engranaje creativo en Argentina de aprobarse la reforma que elimina al INCAA.
“La implementación de la ley tendría efectos devastadores, incalculables e irreparables en toda la cultura y la soberanía nacional, especialmente para los trabajadores que dependen de la industria cultural y lo que resultaría en miles de personas desempleadas.”
Cine Argentino Unido.
Asimismo, cineastas como Santiago Mitre, director de la cinta nominada al Oscar, Argentina 1985, señaló que los apoyos de por sí mínimos, son necesarios para mantener a la industria en su lugar y que el cine local pueda “seguir triunfando”.
“el INCAA cubre una parte pequeña del presupuesto de una cinta, y su principal objetivo es atraer financiamiento de otros países a nuestro cine” destacó la cineasta Celina Murga, directora detrás de Ana y los Otros.
¿Aún hay esperanza para salvar al cine en Argentina?
Entre las cosas que podrían salvar al INCAA, se encuentra la elección final del congreso de Argentina, a quienes los cineastas ya se han acercado para pedir frenar la reforma, misma que se espera, genere grandes protestas públicas.
El partido de Javier Milei, La Libertad Avanza, sostiene sólo 40 de los 257 espacios en el congreso, y 72 en el Senado, lo que podría amortiguar los votos a favor de la estricta ley.
En respuesta a la propuesta, la directora Lucrecia Martel destacó que la reforma “parece haber sido escrita por alguien con intereses propios en contra de la industria del cine”, pues destaca que ningún miembro del INCAA fue consultado con respecto a la reforma.
El presupuesto de financiamiento en el INCAA al momento se sostiene en tan sólo $9 millones de dólares, mitad que es destinada a desarrollo fílmico, mientras que la otra parte resuelve gastos de distribución, espacios en teatros, cines, etc. Asimismo, la organización al momento no tiene líder, luego de que su ex-presidente Nicolás Battle, renunciara al cargo tras llegar Milei a la presidencia de Argentina.
Sin embargo, miembros del cine internacional continúan ejerciendo presión sobre el gobierno argentino, señalando que su cine es “fuente de admiración e inspiración alrededor del mundo”, además de contarse como una necesidad cultural.
“El cine de Argentina le pertenece a Argentina, no a sus partidos políticos” señaló el director brasileño Walter Salles, quien destacó que los países democráticos pueden cambiar de gobierno, pero su “valor cultural permanece y está destinado a sobrevivir”.