«Solía avergonzarme porque sólo era un escritor de historietas, mientras otros construían puentes o terminaban la carrera de medicina. Luego me di cuenta: el entretenimiento es una de las cosas más importantes en la vida de las personas. Sin él, tal vez nos sumergiríamos en la tristeza. Siento que si eres capaz de entretener a la gente, estás haciendo algo bueno».
-STAN LEE-
Stanley «El Generalísimo» Martin Lieber… ¡Vaya que es difícil describirlo en pocas palabras!
Con actitud siempre positiva, de mente inquieta y pluma siempre lista para escribir una nueva historia, esta leyenda deja hoy atrás un legado interminable y que se encuentra actualmente en uno de sus puntos más altos. Marvel Comics y todos sus derivados (incluyendo obviamente el MCU) no serían el fenómeno mundial que ha logrado ser sin las pautas e ideas de Stan Lee.
Escritor y creador de personajes como Capitán América, Los 4 Fantásticos y por supuesto Spider-man, el estilo y los conceptos que desarrolló le han valido su puesto dentro del Olimpo de los cómics.
La forma en que concebía a sus personajes y a las circunstancias que los rodeaban revolucionaron la manera de hacer historietas. Se le considera pionero en humanizar a los superhéroes y lograr empatía de sobremanera con los lectores. En un mundo de inalcanzables arquetipos como Superman o el millonario Batman, él nos regaló al amigable vecino arácnido; personaje que no sólo luchaba contra los más temibles criminales, sino que debía cumplir con la escuela, lidiar con abusones y tratar de llegar al final de la quincena.
Títulos con una cargada crítica social como X-Men o Black Panther lo metieron más de una vez en problemas o en riesgo de censura. Sin embargo, el compromiso por denunciar las desigualdades de Nueva York y del mundo entero siempre lograron imponerse bajo la dirección editorial de Lee.
La variedad y apertura a nuevas ideas son, hasta la fecha, constantes en los proyectos de Marvel. Y al igual que en las películas de ahora, los cambios radicales no siempre fueron bien recibidos. La diversidad fue punto clave para varios de sus títulos y en más de una ocasión sus decisiones incomodaron o apartaron a algunos seguidores; pero cada vez que sucedía un gran cambio, la figura de Stan crecía.
La visión de regalarle a sus lectores un personaje en el que pudieran verse reflejados es una directriz que aún permanece en La Casa de las Ideas. En sus propias palabras: «Le puse máscara a Spider-Man porque cualquiera podría estar debajo de ella, sin importar su color de piel o religión; y con esos mismos ojos, Spidey protegería a todo el mundo«.
Bancarrota, bloqueos creativos, demandas de plagio y bajas ventas lo orillaron más de una vez a querer rendirse. Sin embargo, la persistencia era una cualidad que no sólo les imprimía a sus superhéroes, sino que era su filosofía personal: «La vida no está completa sin desafíos. Si estás apasionado de lo que haces, síguelo haciendo».
Con la ayuda de los extraordinarios Steve Ditko y Jack Kirby, Stan Lee desarrolló la libertad de movimiento en las viñetas, sello inconfundible en los títulos de la editorial. Con ellos comparte, además, el crédito creativo de personajes como Daredevil, Hulk, Thor, Dr. Strange, entre muchos otros.
Siempre interesado en las nuevas empresas de la editorial, fungió como Productor Ejecutivo de todos los proyectos de cine y televisión (incluyendo animación); y lo podíamos ver haciendo sus famosos «cameos» (una de las tantas cosas que extrañaremos), que se volvieron una tradición en todas las producciones.
Sin duda, las aportaciones de Stan «The man» Lee a la cultura popular y el entretenimiento son innumerables. Lo recordaremos siempre por sus sabios consejos y la forma en que disfrutaba la vida.
Un «Gracias» no es suficiente para la increíble persona que nos regaló incontables guaridas, donde los inadaptados, los raros, los débiles, ñoños y rechazados, encontramos y seguiremos encontrando refugio, inspiración y esperanza. Donde descubrimos y nos enamoramos de la idea de que el bien siempre prevalece, que las diferencias se celebran y nos unen y que los buenos somos más, ideales que ahora compartimos con nuestras familias y que son un oasis en este mundo que parece caerse a pedazos.
Sí, con un gran poder, viene una gran responsabilidad.
¡EXCELSIOR!
1922 – 2018