El cine nunca está alejado de lo que pasa en la sociedad donde se produce. Especialmente en la forma de documental es cuando más se acerca a su realidad. En México, donde las cifras de violencia son sobrecogedoras; algunos directores han clavado su mirada en donde más nos duele como nación. Aquí te recomendamos algunos documentales recientes que te ayudarán no sólo a conocer lo que está ocurriendo; sino que proveen algunas herramientas para tratar de comprenderlo.
1. Hasta los dientes (Alberto Arnaut, 2018)
En 2010 un grupo de soldados del ejército mexicano ingresó a las instalaciones del Tecnológico de Monterrey con el pretexto de buscar a miembros del crimen organizado. Su incursión fue violenta y dos estudiantes fueron asesinados.
Pero no acabó allí. Los miembros del ejército informaron que se trataba de dos peligrosos narcotraficantes que iban armados “hasta los dientes”. Alberto Arnaut recupera esta dolorosa historia a través de grabaciones y testimonios de sus familias y compañeros de escuela; no para dar un pésame, sino para contribuir a denunciar un caso marcado por la impunidad donde el Estado se rehúsa a reconocer su error. Arnaut también nos recuerda que la lucha por la justicia es una lucha por la memoria y contra el olvido.
2. Ayotzinapa: el paso de la tortuga (Enrique García Meza, 2018)
Producido por Guillermo del Toro, este documental hace una exposición clara de lo ocurrido el 26 y 27 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala, Guerrero. Sin esteticismos ni complejidades narrativas, García Meza está interesado en unirse a las voces que permanecen en el grito de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
La desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, se ha convertido en uno de los hechos más desgarradores para la sociedad mexicana; y evidencia claramente cómo el crimen organizado y los gobiernos llegan a actuar en complicidad. García Meza utiliza a la tortuga para ejemplificar cómo, aunque sean pequeños, es importante seguir dando pasos hacia adelante.
3. No sucumbió la eternidad (Daniela Rea, 2017)
Pocos documentales en México han incursionado como éste en un trabajo de recuperación de la memoria. La periodista Daniela Rea sigue la historia de dos mujeres marcadas por la desaparición de uno de sus seres queridos. Mientras que Alicia no recuerda casi a su madre, el novio de Liliana ya no está, pero sí el hijo de ambos, León. Las reflexiones de ambas mujeres son testimonios invaluables en el coro de voces del documental mexicano reciente.
¿Cómo recordamos y cómo recordaremos a quienes nos han sido arrebatados?, ¿con qué hilos tejeremos sus ausencias? y, sobre todo, ¿para qué los recordaremos? son algunas de las preguntas que el documental nos arroja y que, desafortunadamente, resuenan en toda América Latina. Son preguntas, por eso, que no debemos pasar por alto.
4. Tempestad (Tatiana Huezo, 2016)
El segundo documental de Tatiana Huezo marcó un hito en el documental mexicano, por su sensibilidad a la hora de contar sus historias pero, especialmente, por la intensidad de sus imágenes. Para Huezo, son las imágenes las que nos conmueven y nos orillan al dolor, a la empatía y a la denuncia. Una mujer es encarcelada injustamente y vive un infierno en una prisión dominada por un cártel del narcotráfico, mientras que otra no disminuye sus esfuerzos en la búsqueda de su hija.
Filmada como un viaje de ida y de regreso, Tempestad es una metáfora sobre la crueldad del momento que estamos viviendo como país y una poderosa incursión a la vida íntima de dos sobrevivientes que continúan con su vida a pesar del dolor y del terror que llevan por dentro. Pocos documentales producen una carga emotiva tan fuerte en el espectador. Y la última escena es, sin duda, una de las más bellas y esperanzadoras que hemos visto en el cine mexicano reciente.
5. La libertad del diablo (Everardo González, 2017)
Polémico, inclasificable, devastador, terrible. Es difícil hablar de un documental que conjunta en sus 100 minutos los testimonios de hombres y mujeres que han padecido en carne viva las consecuencias de la estrategia política mejor conocida como “la guerra contra el narco”.
La particularidad de este documental es que elimina las distinciones entre víctimas y victimarios poniendo frente a la cámara a sicarios, exmilitares, madres de desaparecidos, sobrevivientes de tortura, hijas de asesinados. Temas como el perdón, la reconciliación y el castigo resuenan en cada una de las historias que escuchamos.
Everardo González demuestra con este documental su habilidad como entrevistador y se genio como cineasta. Al presentar a sus entrevistados con una máscara rugosa nos deja como espectadores en una posición incierta donde los juicios ya no importan, sólo cuenta el acercarnos a lo que todas estas personas vivieron y están sintiendo.