Bárbaro es una cinta de horror surreal, intenso y sorprendentemente con una visión feminista que no teme mostrar los horrores y abusos de ser mujer
¿Han pensado en lo aterrador que es contratar un Airbnb? Aparentemente, es una forma fácil y más económica de encontrar un lugar en el cual establecerse cuando llegas a un lugar extraño. También es una forma de tener ingresos extras aprovechando un predio que no se utiliza demasiado. Pero ¿realmente se han preguntado en dónde se están quedando? ¿Qué ha pasado en esa casa? ¿Cuál es su historia?
Esa es la idea que explora Bárbaro (Barbarian) a través de Tess (Georgina Campbell), quien tiene que enfrentar un miedo muy real: en el momento en el que llega a la casa que rentó, ya hay alguien ahí. El extraño se llama Keith (Bill Skarsgard), quien la convence de quedarse juntos al menos durante una noche en lo que solucionan el malentendido con su casero. ¿Creen que saben por dónde va la historia? En realidad no tienen idea.
Un Horror Experimental
A pesar de que la premisa puede sonar algo convencional, en realidad es difícil hablar de Bárbaro sin caer en spóilers que puedan arruinar las múltiples sorpresas que tiene para la audiencia y que son sumamente necesarias, ya que la película pretende jugar con el desconcierto, lo grotesco y lo absurdo para generarnos reacciones extremadamente fuertes.
La película es muy extraña, pero empieza como un thriller en donde Tess y Keith van desentrañando los secretos que guarda la misteriosa morada. Tess de inmediato sospecha de Keith (y con justa razón, ¿han visto a Bill Skarsgard en IT?) pero los dos descubren pronto que tienen muchos otros problemas con que lidiar, como el hecho de que la casa en la que habitan tiene un túnel conectado a otro mundo completamente diferente y aterrador.
La película juega mucho con las expectativas de la audiencia, desde la figura como villano de Skarsgard hasta las temáticas sobre la violencia de género que comienzan a establecerse en el terror. Pero la historia es sorprendentemente consciente de ello, ya que de inmediato Tess tiene una larga conversación sobre como Keith se habría establecido con normalidad si él hubiera llegado al lugar después que ella. Tess en un momento habla sobre cómo “ha sido socializada para temerle a los hombres”. Y conforme avanza la película, vamos viendo por qué.
y cuando aparece el personaje de AJ (Justin Long) la cinta se centra todavía más en las diferentes dinámicas y formas de reaccionar entre hombres y mujeres cuando se sienten en peligro. Cuando aparece el personaje de “Mother” y su curiosa historia, las brutales piezas del rompecabezas nos llevan a una historia de terror surreal y muy incómoda, pero con una visión feminista que pocas veces se logran en películas donde hay una final girl.
El Terror de Ser Mujer
“Mother” es el monstruo que se encuentra entre los pasillos oscuros de la mansión, y al igual que Tess, a ella también le enseñaron a temerle a los hombres y a comportarse como “una dama”. Y cuando aparece el personaje de AJ (Justin Long, que interpreta a un hombre acusado de abuso sexual), Bárbaro cimenta las bases para mostrarnos que el horror viene precisamente de las diferentes dinámicas de género con las que vivimos, y cómo eso afecta nuestra forma de ver y entender el mundo.
Sin ir más a detalle, la película deja un easter-egg que nos da un norte sobre qué esperar: el libro de Jane Eyre, la historia escrita por Charlotte Brönte que incluye en su trama a una mujer que vive enclaustrada porque su esposo la mantiene presa en casa. Para que se den otra idea de qué esperar, Bárbaro también nos puede recordar al horrible caso de Elisabeth Fritz, una mujer que fue secuestrada por su padre durante 24 años y con quien tuvo 7 hijos. Pero la película va todavía más allá al tratar también de presentar la idea de sororidad y apoyo mutuo entre mujeres.
En ambos casos, los dos hombres vivían vidas felices y aparentemente normales mientras tenían cautivas a estas mujeres. Mother es un monstruo producto de algo similar, pero su grotesco aspecto también la llena de similitudes con el personaje de Tess y las preocupaciones que encaraba desde el inicio de la cinta, a pesar de vivir en libertad toda su vida. Al final, Bárbaro parece que hace un caso sobre una especie de trauma compartido que sí, sólo pueden entender y compartir las mujeres.
Bárbaro es una película rara. Es una propuesta extraña que durante un momento un oscuro y descuidado sótano de 2022 con la vida suburbana y en otro nos presenta los colores pastel de la década de los 60, y es que su estructura no es para nada lineal, y oscila entre flashbacks, lugares y personajes en momentos que no esperaríamos. La única constante es la forma tan diferente que viven los hombres con respecto a los personajes femeninos esas experiencias.
Bárbaro es una peculiar película con una perspectiva de género muy particular y una exploración de lo grotesco y lo horrible que les va a volar la cabeza. Pero sí, tienen que ir con una mente abierta, no sólo a sorpresas intensas y terroríficas, también a ideas sobre el abuso y la violencia de género.