Una visión del mundo que va desde el respeto y la admiración, hasta una crudeza que puede dejar sin aliento a cualquiera.
La Sal de la Tierra nos muestra el trabajo del fotógrafo Sebastião Salgado. Quien, con 40 años de trayectoria, ha dedicado gran parte de su vida a viajar por el mundo; y con cámara en mano, ha plasmado en sus imágenes una realidad no siempre conocida.
Su obra en la pantalla
Durante el documental conocemos un poco de la vida de Salgado. Y escuchamos, de su propia voz, qué significan esas imágenes para él.
El trabajo de Salgado se ha centrado en el aspecto social. Podemos ver hermosos paisajes, comunidades rurales y sus tradiciones; pasando por la falta de alimento y las consecuencias de la guerra en la gente. Son imágenes muy poderosas. Vale la pena escuchar esas historias y conocer por lo que pasó el creador de estas.
Las obras de Salgado llenan la pantalla la mayor parte del tiempo. Y de verdad es un deleite poder verlas, si bien no en persona, al menos en alta definición. Y aún mejor, con la voz de Salgado de fondo.
Porque eso es justo lo que pasa en el documental. No grabaron sólo la imagen y pusieron su voz después. El propio Salgado está frente a la fotografía, en un cuarto oscuro, hablándonos de ella. Esa interacción y cercanía que se logra entre la obra, el creador y el espectador es de lo que más se disfruta.
Pero claro que no sólo hay fotografías en la pantalla todo el tiempo. Videos y entrevistas complementan las casi dos horas de duración de este documental. Que sí tiene un ritmo lento, pero nunca se pierde el hilo de lo que nos están contando. Además de que así podemos admirar y digerir mejor lo que estamos viendo.
Blanco y Negro
Narrado por el propio Salgado y Win Wenders, el co-director, gran parte de lo que veremos en pantalla están en blanco y negro. Tanto las fotografías como las entrevistas. Solo algunos de los momentos más actuales tienen color. Y eso ayuda mucho en toda la estética del documental. Se siente todo muy limpio, atemporal; y ayuda en gran parte a poner la atención donde se debe: en la imagen y la historia que nos están presentando en ese momento.
No porque los momentos a color sean menos importantes; pero sí muestran otra etapa de la vida del fotógrafo, quien también se ha dedicado a reforestar una vieja granja familiar. El verde brillante de los árboles es un hermoso contraste con el blanco y negro que predomina en esta cinta.
La Sal de la Tierra es un documental al que hay que dedicarle el tiempo para apreciar todo lo que tiene para mostrar. No lo busquen cuando quieran “algo ligero”, pero si la fotografía es un arte que les emociona, no deberían dejarlo pasar.
Está disponible en Netflix.
A mí me encantan los documentales, ¿pero a ustedes les interesa ese tipo de material? Queremos leer sus opiniones.