Puede que Nope tenga demasiadas ideas que no cuajan muy bien entre sí, pero es un espectáculo tan grande que sería un desperdicio perdérselo
Jordan Peele se ha convertido en todo un referente del cine de terror. Las formas que encuentra para mezclar ideas como el racismo internalizado y la marginación de clases sociales en historias que ocurren a plena luz del día y en escenarios completamente mundanos, ha hecho que el cineasta sea conocido por explorar temas muy difíciles mientras da un increíble espectáculo.
La originalidad con la que el terror de Get Out se desarrolla a plena luz del día en medio de una aburrida reunión con los suegros, es de las historias más originales que se han presentado en los últimos años. Y la manera en la que Us se situó durante el evento de caridad Hands Across America para poner en perspectiva los horrores de quienes se quedan detrás en el escalafón socioeconómico y lo aterrador que es perder el privilegio, consolidó a Peele como un cineasta que hace cine con muchas capas.
Pero Nope es sin duda su película más grande, no sólo en escala de producción, ya que la película de Universal Studios costó 68 millones de dólares, mientras que Us tuvo un presupuesto de 20 millones y Get Out se hizo con apenas 4.5. Se podría decir que esta es su primera película blockbuster, y como gran nerd del cine decidió inspirarse en Steven Spielberg para entregar una aventura que sea tan épica en escala como rica en significados, aunque al final puede que se tropiece con sus propias ambiciones.
Una Cinta para los Nerds del Cine
Con Nope Peele parece demostrar que está muy consciente de cómo ha subido los rangos de la industria de Hollywood y su posición como cineasta de horror. Por eso, su historia se sitúa dentro de un contexto en el que constantemente se cuestiona la ética, la moralidad y la obsesión de estar en el mundo del espectáculo. Esto comienza con los hermanos OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald (Keke Palmer) descendientes del jinete que aparece en la primera secuencia de fotografías en movimiento, pero que ahora batallan por mantener la empresa de su familia a flote.
Ellos se dedican a criar caballos para producciones de Hollywood, pero el creciente uso del CGI está haciendo que su negocio se vuelva obsoleto. Desde aquí, Peele busca ya presentarnos cuál será el tema central de su historia: ¿por qué estamos tan obsesionados con la imagen? y dentro de la película propone la idea de que tal vez es una forma de dominación.
Esto lo vemos en la forma en la que constantemente se refieren a OJ y Emerald como “realeza de Hollywood” de manera irónica. En realidad, ellos ya fueron olvidados por la industria hace mucho tiempo, y es que el experimento del caballo no fue una hazaña que se hizo por el compromiso a la evolución artística, sino por la ocurrencia de Leland Stanford, un hombre blanco rico que quería comprobar si los caballos quedan suspendidos en el aire cuando corren.
Y así de pragmáticas son también las razones de Emerald para enfrentar al OVNI cuando descubren que su rancho puede estar siendo invadido por alienígenas. En aras de encontrar una forma de volverse famosa para poner su negocio en el mapa nuevamente, en cuanto la amenaza extraterrestre se hace presente en el metraje ella busca “capturarlo” en video o fotografías.
La forma con la que luchan contra el monstruo para conseguir ese objetivo es simplemente genial, especialmente por la forma en la que Peele nos va revelando cada vez más detalles sobre él y la manera en la que crece la aventura y las secuencias de acción, las cuales son un verdadero espectáculo visual. Cada escena está también llena de referencias históricas, simbolismos y revelaciones que impactan la historia de Nope en general, lo que de verdad hace que la historia se sienta muy entretenida.
¿Demasiadas tramas juntas?
Además de que los comentarios que hace Nope sobre las limitaciones de la fotografía y la obsesión con el espectáculo a través de la relación de OJ y Emerald son muy potentes, ya que su dinámica hace que nos cuestionemos incluso qué es lo que más importa: lo que se captura en la imagen o todo lo que debe pasar para poder lograrlo. Cosa que resuena de manera especial en estos tiempos donde ya no podemos despegar la imagen y la representación de la realidad a través de un lente de nuestro día a día.
Parte de lo que hace tan cool a Nope, es la forma en la que presenta a sus personajes. Todos y cada uno tienen un estilo tan diferente y distintivo, que en el minuto en el que aparecen en pantalla no sólo conectan de inmediato con la audiencia, sino que comienzan a dar indicios sobre cuál será su rol dentro de la historia.
Jupe (Steven Yeun), con su ropa limpia, estilizada y obsesionado con dar un gran espectáculo, nos prepara precisamente para dos de las escenas más brutales e incómodas de toda la historia, en las que vemos las consecuencias de no entender que los animales salvajes son impredecibles y la arrogancia de pensar que pueden ser dominados y usados para montar un show.
Sin embargo, son estas mismas secuencias las que juegan en contra de la película de Peele, ya que sí rompen con la narrativa principal y añaden capas de comentarios de una manera tan sensacionalista e impactante que cuando intenta regresar a su dilema central, la historia puede volverse demasiado confusa y repleta de ideas.
Y es que, aunque sean los momentos más impactantes de Nope, realmente el personaje de Jupe es simplemente una herramienta para que veamos la brutalidad del extraterrestre.
Esto se vuelve todavía más evidente con el personaje de Antlers Holst (Michael Wincott), el mítico cineasta que pretende ayudar a capturar a la bestia. Él está ahí para representar lo mejor y lo peor de Hollywood: esa ingenuidad y pasión por el arte que lo lleva a grandes extremos con tal de obtener “la captura perfecta”. Pero estas mismas escenas entregan momentos de tensión, asco, rareza y morbo que son difíciles de digerir y que sin duda le dan una dimensión sumamente terrorífica a la cinta, incluso más que las películas anteriores de Peele.
Una Historia de Horror con Final Feliz
Holst es fabuloso, como todos los personajes de Nope, pero su presencia en el metraje es tan corta y tan brutal que nuevamente invita a tener discusiones diferentes alrededor de la película, y como no resuena con el punto más importante de la historia, también se puede sentir inconexo, como si fuera una idea aparte. Aunque cada escena está hecha con tanto cuidado y son tan emocionantes, que todas se vuelven un espectáculo imperdible.
Al final, Peele quiere que su aventura termine con una nota positiva, por lo que decide hablar sobre la importancia de ver más allá del lente y nos presenta su primer final feliz en toda su carrera, y aunque algunas personas pueden creer que tiene demasiados elementos inconexos, lo que logra es que Nope sea una aventura tan grande que simplemente vale la pena verla y disfrutarla desde su visión más básica.
Pero los personajes, su construcción del mundo y la enorme cantidad de referencias a la industria de Hollywood hace que se vuelva una experiencia que tienes que ver más de una vez, ya que desentrañar todos lo que tiene que decir es también una experiencia interesante, aunque así es como nos damos cuenta de qué pata cojea este caballo.