ALERTA DE SPOILERS.
¿Star City quedará condenada de por vida?
Bien dicen que las cosas que más nos gustan llegan a su final en el momento en que menos lo esperamos. Y si bien, la temporada 6 de Arrow no fue precisamente la mejor; concluyó demasiado pronto en palabras de seguidores de la serie.
Antes de juzgar del todo el show, y en especial una temporada que se lució por un declive notorio; es necesario recapitular todo lo que sucedió estos últimos años.
La quinta fue por mucho una de las mejores temporadas que el show de DC tuvo; apenas debajo de la segunda, la cual está calificada como la mejor en diversos foros de crítica y discusión. De tal forma, los nuevos episodios tenían un gran espacio para llenar si querían ser recordados de buena forma entre los fanáticos; y no como a Damien Dhark.
Desde el principio de los tiempos, Arrow ha presumido una fórmula que hasta la temporada pasada le había funcionado bien: Un planteamiento tenso, lento en ritmo, que propone las preguntas que deberán resolverse a lo largo de 23 episodios. Más tarde descifraría tales incógnitas a través de las misiones del vigilante en Star City, las cuales venían normalmente apoyadas por los flashbacks de Oliver Queen en Lian Yu, Rusia, Nanda Parbat, etc.
La dosis de dramatismo era justa —salvo en varios momentos de la tercera, donde se pasaron de sentimentalismo innecesario—; y todo concluía con una revelación épica tras el break navideño, que nos llevaría al desenlace de la problemática planteada. Éste casi siempre tenía por protagonista a la ciudad convertida en ruinas, por cierto.
¿Por qué entonces, teniendo un método establecido, la Temporada 6 no funciona igual? Mi teoría inicial es la ausencia del elemento flashback. Puesto que, aunque muchas veces estuvieran lejos de ser una de las partes favoritas de los espectadores; le daba cierto poder a las escenas que se desarrollaban en la actualidad. Sin mencionar el paralelismo con el que nos presentaban el misterioso pasado del náufrago, y más tarde la consecuencia de tal vivencia.
Recordemos que la historia estaba planeada —como muchas series—, a desarrollarse en cinco temporadas. Teniendo siempre como respaldo una trama de conclusión por si el show era cancelado antes de tiempo. Sin embargo, tal ha sido el éxito del DCTV Universe, que las renovaciones no se hicieron del rogar y ahora nos encontramos a la espera de una séptima entrega de la serie.
¿Qué tiene qué ver que Arrow haya sido pensada para no más de cinco temporadas con la caída de la sexta continuación? Mucho. Para empezar, ya no tenemos una línea en el pasado que debamos terminar de resolver; el misterio de Oliver Queen y sus años de ausencia fue explotado al máximo.
Por otro lado, los villanos van consumiéndose poco a poco. Y lo que antes giraba en torno a Ra’s Al Ghul, The League of Assassins, y Prometheus, ahora se limita a personajes de menos talle como Richard Dragon y Cayden James.
El problema no está aquí, sin embargo. Pues si algo ha sabido hacer Arrow durante su tiempo al aire, ha sido darle un background poderoso y una identidad a todos y cada uno de los personajes con los que juega; logrando que, sobre todo sus villanos, posean un motivo sólido para pelear.
A falta de flashbacks, la serie intentó realizar tantas subtramas en el presente como le fueran posible; dejando de lado la virtud principal del show, la cual es desarrollar tales perfiles enemigos.
Entre la enemistad del Original Team Arrow con sus desertores; el deber de Oliver como alcalde y padre de William; la exposición de la identidad de Green Arrow; el FBI pisando los talones del equipo; Cayden James, Ricardo Diaz; la redención de Black Siren y la misión de Lance; el argumento inicial de Arrow se desvanece de a momentos, llevándonos a una narrativa nula a la que le cuesta progresar.
No es de sorprenderse entonces que nos veamos repitiendo una y otra vez los mismos elementos, para caer después en una solución rápida de los sucesos. Tal fue el caso de Cayden, mismo que resultó ser un medio para un fin y nada más.
La primera mitad de la temporada concluyó en desastre, y se esperaba que The Dragon pudiera reivindicar al show en episodios posteriores. Y aunque en éste momento en específico, los showrunners pretendían poner bajo los reflectores al personaje; el manejo del mismo se lleva a través de cosas buenas y varios errores. Muchos errores.
No me extenderé mucho más en el problema de los últimos capítulos de Arrow; puesto que aunque pareciera, no todo es malo. De hecho, la mayor parte se salva al final de la partida, en los últimos dos episodios.
Entre momentos emotivos de la temporada, relucen el regreso y partida de Thea Queen; la muerte del capitán Lance; y el momento final de Oliver manteniendo su identidad secreta, antes de revelarse públicamente como The Green Arrow. Igualmente, el arco de redención de Black Siren está finalizado y queda solamente esperar cuál será su siguiente paso en la historia.
Varias de las cosas que alegraron a los seguidores, sobre todo lo demás; fue el regreso de Roy Harper, la aparición de Tommy Merlyn; y ese lejano recuerdo de los Bertinelli.
En las incógnitas que dan pie a la séptima temporada tenemos el paradero de Ricardo Diaz; el propósito final de Wild Dog y el destino de Oliver Queen en prisión. No obstante, la pregunta más importante al final es: ¿Podrá Arrow regresar a ser el show que sus fans desean, o Star City quedará condenada en el intento?
En conclusión…
Arrow Season 6 no supera a lo que estableció su antecesora. No obstante, hace un esfuerzo por complacer a los fanáticos; y retoma el enfoque a sus escenas de acción. La serie se presenta con una gran propuesta, pero como suele suceder, se queda corto al momento de contarla; sobre todo al intentar insertar a todos sus personajes dentro de una trama que no los necesita.